sábado, 2 de febrero de 2008

De las industrias a los casinos


Ayer me tocó cubrir la marcha que llevaron a cabo los trabajadores despedidos del casino flotante de Buenos Aires. Se juntaron en el anfiteatro del Parque Lezama, donde instántes después de su partida arrancaría un festival de música al que pensé, ellos tendrían que estar asistiendo relajados y con ganas de disfrutar un buen día de sol. En su gran mayoría los que fueron echados por el amigo Cristóbal López son muy jóvenes, chicos que apenas pasan los veinte años. Mientras marchaba con ellos hacía la avenida Huergo no pude evitar pensar que antes los laburantes que pedían por sus trabajos, sus vidas y sus destinos, estaban intimamente ligados a la producción, hoy las cosas han cambiado bastante y estos chicos piden a gritos por sus subsistencias y sus futuros al dueño de una casa de juegos amigo del presidente de turno, ciertamente doloroso y denigrante.

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