lunes, 12 de enero de 2009

La salud de Cristina

Todos conocen la obsesión que la presidenta tiene por todo lo relacionado con su imagen. Estéticamente la mandataria no descuida detalle alguno. Como ella misma contara en un reportaje hace varios años dejó el cigarrillo y cualquier práctica que fuera en desmedro de su salud. Cuando Kirchner era jefe de estado, Tamara Di Tella le envió a Olivos un set completo de Pilates para que la primera dama se mantuviera en forma. Actividad a la que Cristina se sometió con absoluta dedicación. Sumado a eso siempre estuvieron presentes las caminatas y un obsesivo cuidado en materia alimenticia. Este Notero tiene acceso a personal muy cercano a la presidenta que hace tiempo le comentó que la mujer más poderosa de la Argentina ingiere pocos alimentos durante el día y cuando lo hace tienen que estar elaborados por el cocinero de la quinta presidencial. En las horas de trabajo y especialmente cuando está en Casa de Gobierno su alimentación se reduce sólo a pequeñas bandejas con frutas tipo kiwi, ananá, pera, manzana, etc. El agua mineral Nestlé es la única marca que acompaña esas colaciones. Uno de los problemas que tiene la esposa de Néstor es que transpira de manera desmedida. En los actos que lleva a cabo cotidianamente, los primeros minutos de sus alocuciones son las que le procuran la mayor eliminación de líquidos debido a su ya conocido pánico escénico. Siempre es comentario de los periodistas la manera en que el sudor hace mella en su rostro. Otra particularidad es que Cristina proteje la estética de sus piernas con medias finas que en ámbitos cerrados donde en verano hace más de 40 grados deben transformarse en un infierno. Los últimos anuncios en la residencia de Olivos dejaron ver a una mujer agotada, bastante más flaca y con el desgaste clásico de cualquiera que se mueva en el principal estaño del poder en la república. Más allá de todas las especulaciones que se hagan al respecto el caso de Fernández de Kirchner hizo recordar a muchos viejos periodistas de la Rosada aquel noviembre del '75 cuando Isabel Martínez de Perón fue internada con un cuadro de astenia y anorexia grave. La viuda del General sufría de náuseas, palpitaciones, ansiedad, deshidratación y un estado de angustia que le provocaba trastornos neurovegetativos . Pesaba sólo 41 kilos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

En estos casos en un país serio quien debería tomar la posta, institucionalmente hablando, es el vicepresidente. Acá "por suerte" lo tenemos al Kirchner, impresentable!!

Anónimo dijo...

Se imaginan a Cobos de Presidente!Mamaaa!!

Anónimo dijo...

Comparar a Isabel con Cristina me parece un poco desatinado. Un abrazo de Ariel