viernes, 29 de mayo de 2009

La triste historia de Crítica de la Argentina

Se puede decir sin temor a equivocarse que el proyecto del "último diario de papel", como lo bautizara su factótum, Jorge Lanata, fue un fracaso. Al poco tiempo de su primera edición, el matutino perdió a varios de sus primeras figuras, entre las que estaba el mismísimo Martín Caparrós. De ahí en más, siguió una serie de cambios internos, peleas de conventillo como la que protagonizó, entre otros, Osvaldo Bazán, y una serie de desaguisados que fueron catapultando la idea original hasta hundirla en el bochorno. Como corolario de un final anunciado, primero el alejamiento de Lanata de la dirección y luego la partida definitiva de su última labor como columnista. Lo mismo ocurrió en materia de accionistas. Primero dejó el barco el ex juez Cavallo, y a partir de allí y en medio de conflictos legales por el tema del nombre que nunca terminó de resolverse, Crítica fue a parar a manos del legendario ex Aerolíneas Argentinas, el mefistofélico gallego Antonio Matta. Para rematarla ahora, otros de los que dejaron la redacción, el periodista Miguel Bonasso, denuncia que el gobierno quiere adquirir el principal paquete accionario vía el grupo Electroingeniería, cosa que por ahora no ha prosperado. Por último, lo que faltaba; conflictos salariales. Los colegas de la calle Maipú están en una puja por lograr una suba en sus ingresos. En una audiencia llevada a cabo el martes pasado, el Ministerio de Trabajo instó a la empresa dueña del diario a que en un plazo de 48 horas mejore su propuesta laboral, ya que los muchachos no aceptaron la que les hizo llegar la patronal. Desde aquí, esperamos que se preserve la fuente de trabajo y la posibilidad de seguir teniendo la opinión de un medio más en el vapuleado espectro informativo argentino.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Crítica termina en manos de Néstor. Quieren apostar?

Anónimo dijo...

Para mi que lo compra De Narváez. LuK