viernes, 28 de octubre de 2011

Se hizo justicia con el gran Rodolfo Walsh, ahora los periodistas tenemos que honrar su memoria y salir del indivudualismo y el letargo

Quienes participamos del Notero celebramos con champán (del bueno) la condena a cadena perpetua del genocida Astiz y sus "compañeritos de armas", todos asesinos despreciables y repugnantes. En eso a Kirchner le damos las gracias y la derecha. Esas lacras que se besan las escarapelas ensangrentadas participaron de hechos aberrantes como los de la Iglesia de la Santa Cruz (acá tienen el documental imperdible), donde eliminaron a la fundadora de Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villafor, entre otras personas, y además acribillaron al maestro de todos los periodistas argentinos, Rodolfo Walsh. Un tipo que se comprometió en la vida y profesionalmente para conseguir una sociedad mejor; un mundo mejor. Muchos colegas noventistas ven en el autor de "Operación Masacre", "Quien mató a Rosendo" y la "Carta a la Junta Militar", entre otras cosas, a un personaje "idealista", "épico", "soñador", que está muy lejos de toda realidad. Algo así como un mito que mejor conviene tener lejos. Sin embargo muchachos, este caballero existió y se jugó las bolas por lo que pensaba, no como nosotros. Hoy estamos lejos de esa coyuntura extrema que ponía a gente como él en situaciones de vida o muerte, hoy no tenemos que jugarnos la vida por nuestros ideales. Así y todo en muchos aspectos damos vergüenza y lástima, no somos capaces de organizarnos para defender nuestros derechos cuando nos humillan, no tenemos ganas ni tiempo para ser más dignos, nos resulta más cómodo ser pelotudos que corren detrás de un sanguche de milanesa y unas monedas para el café, que encarar una actitud que nos permita crecer como laburantes y como seres humanos. Hace tiempo que un compañero no es solidario con otro, salvo claro, que le convenga, que el colega lo recomiende para algún currito nuevo donde seguramente lo van a explotar días enteros haciéndole creer que es una estrella multimediática. ¿Cómo puede ser que un pibe se deprima y baje los brazos por que le sacan el aire de un medio y no porque lo están haciendo laburar por dos mangos todo el día?. Sería bueno que en algún momento los periodistas, como propuso Walsh, tomemos conciencia del lugar que ocupamos y quienes somos. Que salgamos del letargo de la inmovilidad permanente. ¿Quien nos hizo creer que por estar cerca de los poderosos, hacer algún viajecito, no pagar alguna entradita, o escribir en diarios, revistas, salir al aire por radio o tele, somos seres superiores?. Peor que todo esto es creer que hacemos bien defendiendo los intereses de nuestros patrones para no quedarnos sin trabajo, sea Magnetto o Szpolski, dos caras de la misma mierda. Pensemos en Walsh, leamos su vida, sus escritos, sus libros, y meditemos sobre nuestras propias vidas, sobre nuestra profesiones ¿las estaremos llevando bien?... ¿esto es lo que queremos ser? un rebaño de giles arrodillados!!...mmm... no sabemos... permitanos tener esperanzas y dudarlo... en nosotros y en nuestras acciones está la respuesta.

No hay comentarios: