domingo, 17 de febrero de 2013

En el conflicto árabe-israelí no hay ni buenos ni malos

La fotografía de Paul Hansen, ganadora del premio World Press Photo of the Year 2012 muestra la desgarradora imagen de Suhaib Hijazi, de 2 años, y su hermano Muhammad, de 3 años, que murieron al impactar un misil contra su casa durante un ataque aéreo israelí. Su padre Fouad también murió y su madre acabó en cuidados intensivos. Los hermanos de Fouad transportan los cadáveres de los niños a la mezquita para su funeral y posterior entierro en la ciudad de Gaza en los territorios palestinos.  La derecha judía olvida que ellos también forman parte de un pueblo que ha sido sometido a 6 millones de asesinatos por parte de una secta de criminales encabezada por un hijo de siete mil putas llamado Adolf Hitler. No se entiende como el resto de la sociedad israelita permite que estos otros nazis que hoy están en el poder cometan este tipo de atrocidades con el pueblo palestino, quien como todos saben está siendo relegado de la posibilidad de tener su propio estado. Algo que el poder mundial, encabezado por EE.UU. si permitió a los judíos después de la Segunda Guerra Mundial. Increíblemente, quienes fueron sometidos durante seis años a las peores masacres hoy hacen lo mismo con sus vecinos, a quienes no les permiten ingresar en la multireligiosa Israel mediante muros y ejércitos genocidas. Hay miles de judíos que rechazan este tipo de delitos de lesa humanidad que su representación política ejecuta con el aval de los aliados de esta otra secta macabra. Reiteramos, nadie dice que entre los palestinos, iraníes y árabes en general no haya "carniceros" de la misma calaña. Alguien voló la embajada de Israel  y la Amia en Buenos Aires en un crimen atroz. Lo que no se entiende es porque el Estado Judío decreta quienes son sus enemigos y quienes no sin someter sus acusaciones a la justicia internacional. La historia de que EE.UU. e Israel son los buenos y la mejor policía del mundo es una gran mentira, exactamente igual al relato que reza que Rusia y sus aliados árabes son el contrapoder benévolo del planeta. En realidad ambos bandos tienen gente buena y honrada y también sus fundamentalistas sanguinarios, lamentablemente estos últimos son los que hasta ahora se vienen imponiendo mediante las armas, la muerte y la destrucción

1 comentario:

El Tabano dijo...

Los buenos y los malos no se los debe de analizar desde la moral sino desde el análisis de clase. Desde la moral como bien dice la nota, es una ensalada