miércoles, 24 de septiembre de 2014

El kirchnerismo, el mal menor de la política argentina, el Movimiento Evita, ¿el mal menor del kirchnerismo?

Como hemos dicho varias veces, el kirchnerismo es una alianza variopinta. Un rejunte de ¿ex? menemistas, ¿ex? duhaldistas, burócratas sindicales de la peor calaña, represores como Berni, ex partícipes necesarios de la dictadura genocida de Videla, Massera y Agosti, entre los que hay dirigentes políticos, espías de la SIDE, empresarios, banqueros, financistas y arribistas de los que van por el cargo en la administración pública detrás de sueldos cuantiosos, pero también por sectores del campo nacional y popular verdadero, como organismos de Derechos Humanos a los que no se les puede discutir su lucha, caso Madres, línea Hebe y Abuelas con Carlotto, otros sectores potables que provienen de las viejas organizaciones armadas que combatieron a los gobiernos de facto, eso si, los más honestos, quienes alguna vez se alejaron de los delirios del "enemigo íntimo" de Massera, Mario Eduardo Fitmenich, agrupaciones como H.I.J.O.S, descendientes de desaparecidos que de verdad querían cambiar este sistema desigual, aunque muchos de sus hijos reclamen como corresponden, Justicia, pero olviden los preceptos por los que sus viejos entregaron sus vidas, organizaciones sociales que se bancaron en las calles la peleas contra el neoliberalismo, los mal llamadas despectivamente "piqueteros", representantes de sectores obreros que cuestionan al viejo sindicalismo ruccista, y mucha militancia que pisa el barro, recorre las villas miserias y no le interesa estar haciendo kirchnerismo en Puerto Madero ni en Palermo Soho. Este mejunje, increíblemente a seguido la lógica del General Perón que predicaba: "no es que seamos buenos sino que los otros son peores". Por eso este colectivo supo imponerse, ya casi por doce años, frente a una oposición de una inutilidad y mala leche supina. Un radicalismo que olvidó por completo las banderas de Alem, de Yrigoyen y hasta esa dignidad orgullosa de Alfonsín, para convertirse en un apéndice servil de corporaciones que administran medios potentes pero que no han podido, hasta ahora y esperemos que nunca más, avasallar esto, que aunque no sea una revolución ni por asomo, ha levantado banderas presionado tal vez por su propia conformación. Por eso decimos que queda claro que sin ser un cambio de paradigma que cambie la matriz económica y social del país, esta fuerza que nació en el sur del país supo elegir sus enemigos, dar cabida a sectores progresistas que han podido, muchas veces a fuerza de lucha interna, legislaciones de avanzada en materia de derechos individuales y generales. El resto de los partidos se ha dedicado a trabajar muy poco, es decir no más allá de un estudio de televisión del Grupo Clarín o dando notas a la prensa escrita antiK, opositora más por inercia que por convicción. Por eso muchos definen a este modelo como "el mal menor", aunque suene a "y es lo que hay" y nos llevan las preguntas: ¿y a quien querés que vote a Macri, a Binner, a Carrió?, Por sobre todas las cosas el "Proyecto", algo todavía indefinible, ha sabido conformar un aparato de prensa y comunicación periodística y cultural jamás visto. Se lo puede criticar por ser una réplica al del Multimedios de Magnetto y Noble, hasta en su capacidad de abuso para con los Trabajadores de Prensa, y que vamos a seguir denunciando aquí venga de medios oficialistas o antioficialistas, pero nadie  le puede cuestionar su efectividad. En más de una oportunidad dijimos desde este sitio que si la Presidenta gobernara siguiendo el guión y libreto del excelente Canal Encuentro, creación del explotador serial que encabeza RTA, Tristán Bauer, otro sería el cantar. Lo cierto es que toda hegemonía genera su propia contracara, aunque esa contracara tampoco sea lo todo superadora que se espera, por supuesto. Así surgió el Movimiento Evita, encabezado por otros dos dirigentes polémicos, Emilio Pérsico, ex montonero crítico que estuvo con Felipe Solá y hasta coqueteó con el Camaelón Scioli, y el "jetón mediático", Fernando "Chino" Navarro, un ex patillista que un día se dio cuenta que en estos tiempos que corren le redituaba más ser "autocrítico", que alcahuete como los muchachos de "La Cámpora" burguesa, igual que como en los '90 pagaba más ser obsecuente del vaciamiento neoliberal. Lo cierto es que el Evita ha marcado, quizás no tanto como el CELS de Verbitsky, discusiones interesantes dentro del espacio K. Ha presentado como candidato presidencial al "moderado", demasiado para nuestro gusto, Jorge Taiana, pero que también a planteado diferencia de criterios sin sacar los pies del plato. Les proponemos leer este texto del blog del colega Gerardo Yomal "Puede Colaborar", para que saquen sus propias conclusiones.

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