sábado, 7 de febrero de 2015

AMIA REPETITA: el documental que releva a Irán de toda responsabilidad en el atentado a la mutual israelita


En más de una oportunidad la propia CFK se preguntó porqué Israel nunca hizo foco en el único atentado que sufriera una embajada suya en todo el mundo. Nos referimos al ocurrido en Buenos Aires el 17 de marzo de 1992 y dejó como saldo 29 muertos y 242 heridos. En una de esas manifestaciones Cristina explicó que al considerarse a una embajada como territorio soberano en otr país extranjero la investigación quedó en manos de la Suprema Corte de Justicia, y a pesar de que la versión oficial habló, igual que en el caso de la AMIA, de un coche bomba y un suicida para volar los objetivos ambas teorías tienen sus contradicciones que indican que tales personajes "inmolados" y sus vehículos nunca existieron, así lo comentaba la Jefa de Estado. Lo cierto es que ambas tramas son extrañamente inexplicables, en el documental que les proponemos ver muchas personas de la misma colectividad judía desconfían de los informes oficiales de las dos voladuras, y se dejan entrever dos hipótesis no tan decabelladas: la del autoatentado, o la de otro (u otros) enemigos de funcionarios de la colectividad que andaban en negocios sucios con narcos y otras mafias, para entre otras cosas, blanquear capitales, y lo que hicieron con esos atentados fue ver que no iban a dejárselas pasar. Cualquiera de estas historias puede resultar absurda para preferir tomar el camino del fantasmagórico "Terrorismo Internacional", sin embargo hay un dato nada menor en todo esto. Como pasó con las Torres Gemelas, ninguno de los verdaderos "porongas" del poder que fue atacado se encontraba en el lugar destruido... demasiada casualidad ¿no?. En este material obviamente aparecen Fernando Esteche y el propio Luis D'Elía, personajes que no son santos de nuestra devoción ni mucho menos, no por eso de que sean, como dice la prensa derechista, "piqueteros", como denominan a cualquier pobre que planteé un pedido insatisfecho utilizando esa modalidad, salvo claro, que sean vecinos de Barrio Norte o terratenientes defendiendo sus intereses de clase. A estos tipos los repudiamos por hipócritas!... Los conocemos demasiado como para saber que no son, ni representan lo que dicen. Pero dejemos eso de lado e igual les proponemos escuchar el resto de los testimonios... Al fin y al cabo, seamos periodistas, investigadores, escritores o cualquier otra cosa, no nos queda otra que intentar alcanzar lo más parecido a la verdad de los hechos poniendo atención en todas las versiones y sacar nuestras propias conclusiones. Ya les subiremos otros materiales que con otros argumentos avalan teorías absolutamente contrarias.

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