sábado, 9 de mayo de 2015

Para Clarín y hasta para otros medios burgueses del oficialismo la culpa de todo es de los "Trapitos" y los "Negros Cabezas"

Obviamente que la matriz clarinista es el mascarón de proa, el producto argento por excelencia, que trabaja día a día para carcomer la cabecita loca de cada televidente, oyente o lector metiéndole de a poquito el "virus axiomático" que lo vaya haciendo creer que las miserias y desgracias de este querido país son culpa de los vendedores callejeros, llamados despectivamente "Manteros", los cuidadores de autos, bautizados por las corpos de toda índole "Trapitos", los pibes chorros de la villa, los pungas callejeros, del subte, el tren o el bondi, los que tienen portación de cara por ser, como dice el clásico porteño lumpen bautizado por León Gieco como "El Imbécil", el "negro cabeza" que te chorea cuando te descuidas, y otros ciudadanos excluidos de este sistema de mierda que nos vende con todo su andamiaje de medios de mierda que en cambio delincuentes de guantes blancos que generan toda esa desigualdad disfrazados de empresarios (chorros), financistas (timberos), banqueros (usureros), dirigentes políticos (ladris de traje y corbata), comerciantes (remarcadores seriales), milícos y canas (represores y asesinos genocidas), curas (pederastas e hipócritas), jueces y fiscales (millonarios y rastreros del poder de turno), periodistas (chiveros y siervos de las patronales), etc, etc., pero ojo!, eso si, bien perfumados y empilchados de primera, son tipos geniales, macanudos... PROhombres del republicanismo y defensores de las instituciones "a rabiar". Ja jaaaaa!... vamos muchachos!... no nos mientan más!... hace décadas que dejamos de ser tan boludos. Estos personajes nefastos se adueñaron del "sentido común" y nos transformaron a muchos en repetidores esquizoides de sus sofismas, que no tienen otra finalidad que mantener sus privilegios e iniquidades. Por eso nos venden mediante sus empleados de todas las corporaciones habidas y por haber, que la solución a todos estos dramas sociales, porque eso es lo que son y no "el robo" o "la muerte del día" como las presenta la "tele" para quemarnos el cerebro, son los barrios cerrados, las policías locales, más gendarmes, prefectos, yutas por doquier, "seguridad" privada, gastos siderales en patrullas, armas para los perversos panzas azules reyes del gatillo fácil, y otros curros más. Todas "Las Fuerzas", como las denominan ellos, sacándoles el apelativo de "Armadas" (que es la realidad) para borrar o disimular el pasado genocidio estatal, como diría Orwell. Todas paradójicamente conformadas también con rehenes de este mismo sistema de miseria que esta logia macabra promueve mediante el consumismo y la potenciación permanente del pelotudismo mediático. Fijense que todo el milicaje, llámese Ejército, Marina, Fuerza Aérea, Policía Federal, Metropolitana, Gendarmería, Prefectura, Cana Distrital, salvo sus altos mandos corruptos y cagados también guita son compatriotas de clase social baja que tuvo la posibilidad de tener una profesión, un trabajo digno o algo que le permitiera no ser el protector de sus opresores a cambio de sueldos miserables y un uniforme que los hace sentir que tienen un poquitito de autoridad y poder. La mayoría no se da cuenta que los han transformado en patovicas que no dejan entrar al boliche de los ricos que los explotan a quienes son sus familiares, amigos, vecinos, y demás pares de clase. Es conocidísima la anécdota del cantautor Charly García, quien en una de sus tantas bajadas de pantalón para mostrar sus partes íntimas fue invitado por un botón de la Federal a subir a una patrulla para ser detenido, o como se dice en la jerga policial "demorado". El, por aquel entonces "joven bigote bicolor" como le decían, se negó y el cana le espetó enojado "señor haga los que le digo, acá yo soy la autoridad", frase que recibió como respuesta del músico: "y yo que culpa tengo que no hayas podido estudiar". Esta historia chiquita cuenta mucho de la putrefacta realidad que nos circunda y que muchos de nosotros avalamos por error, omisión, desidia o "comodidad"... la engañosa comodidad que nos proporciona una paz que nos tiene de rodillas pero sin latigazos, otro logro del hipócrita mundo pequeño burgués que calla la desigualdad porque en algún punto "le conviene"... va! eso es lo que cree. El objetivo claro de los poderes establecidos es estigmatizar al pobre para poder, por un lado legitimar su afano sin ser nunca juzgado n atacado, y así justificar el "meter bala" de "Rucucu" Ruckauf, Granados, Montenegro y Berni y la tristemente célebre "Mano Dura", esa que algún asesor estúpido le propone magnificar en su discurso al narcodiputado que nunca fue al Congreso, Sergio ¿Tomás? Massa. El metamensaje es "los chorros no somos nosotros, al contrario somos unos señores (feudales encubiertos, pero buenos), los que afanan y lo pervierte todo son ellos, los negros ladrones con esas franelas en la mano, entre otros. Los hijos de puta invierten la prueba y mediante sus dispositivos propagandísticos nos pretenden convencer de semejante delirio como si toda esa bosta mentirosa fuera algo "natural", "normal".... de locos!. Nos dicen incluir pero excluyen, nos dicen igualar pero amplían las brechas entre ricos y pobres, administran mediante el control de sus soldados armados con palos, pistolas o "leyes", que no tienen la misma acción sobre potentados y desposeídos, la pesadilla colectiva que nos hace ver al par, al igual como el enemigo, y al enemigo real y siempre agazapado para darnos el zarpazo final como el modelo a seguir y a respetar, sólo porque tiene la hegemonía cultural, económica y militar. Como dice la frase, ningún pibe nace "Chorro", ni "Trapito", ni "Motochorro", ni "Mantero", ni "Drogadicto", ni "Borrachín", ni rey de las "Salideras", ni nada de toda esa cagada miserable que los que estamos en los medios repetimos como loros aneurados. Todos queremos exactamente lo mismo, vivir tranquilos, con dignidad, sin que nos jodan, nos caguen, nos usen o forreen día tras día sin permitirnos criar a nuestros hijos con dignidad en una paz verdadera y justa. El tema es que por ahora el monopolio de la falsedad se impone para que creamos como dice la canción "que somos perros que nos creemos libres porque andamos sueltos mientras arrastramos la soga al cuello". Es tiempo de que lo asumamos y lo empecemos a combatir lo para dejar de estar siempre de rodillas creyendo que los problemas nos los genera el de al  lado, sino jamás podremos revertir absolutamente nada.

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