Una historia que demuestra la ética de un periodista, un ser humano que fuera de los convencionalismos que nos imponen las empresas de medios del sistema capitalistas que devoró, bastardea, y pretende terminar de destruir nuestra profesión para que no los jodamos, lucha por cumplir el verdadero rol que a todos nos compete: cuestionar al poder, tenga la cara que tenga. Sino solamente nos estamos dedicando a hacer relaciones públicas y nada más. Cronista de la realidad es todo aquel que habla, denuncia y molesta con temas que unos pocos poderosos, y sus sirvientes, no quieren que toquemos. Somos responsables de hacer correr esa información que perturbe el libre actuar de intereses oscuros, y por el contrario beneficiar con su exposición al colectivo de personas que integramos esta sociedad y la del mundo entero, tenga la ideología o no que tenga.
Este film está basado en la historia real del periodista estadounidense Gary Webb, quien puso en evidencia las conexiones de la CIA con el mundo de las drogas, y demostró que los barrios negros de Estados Unidos fueron inundados en los años '80, pleno gobierno del republicano fascista, Ronald Reagan, de crack mediante un narcotráfico destinado a abastecer dinero y armas a la macabra agencia de inteligencia para bancar a los contrarrevolucionarios nicaraguenses, discípulos del dictador genocida Anastasio Somoza. Una matufia del complejo militar industrial norteamericano que le hizo poner la jeta a modo de fusible a un milíco de nombre Oliver North. Claro, el Pentágono y el viejo asesino Ronald sabían que no podrían recibir la aprobación del congreso yankee para que, como decía el mal "actor" que llegó a la Casa Blanca, les dieran el ok para bancar con parte del presupuesto, que como él decía cínicamente, "no hubiera ninguna playa comunista en centroamerica". La película muestra como después de semejante laburo Webb es asediado por el poder de turno y hasta por sus "colegas" que lo dejan totalmente solo mientras hipócritamente pretenden nombrarlo "Periodista del año". Esa logia gubernamental poderosa hizo su tarea de contraiformación maléfica y falsa obteniendo parte de lo que quería. Que el periodista quedara acorralado, desocupado, desprestigiado y que un día, en un errado impulso desesperado quizás, según cuenta la historia oficial, por antonomasia poco creíble, se quitara la vida, o en realidad lo suicidaran como se desprende de la trama. De todos modos, desde el punto de vista de su integridad como persona, como trabajador de prensa, ya lo habían liquidado, más allá de cualquiera de las circunstancias que hayan arrojado su desaparición física. Eso si no todo les salió bien, no ocurrió lo mismo con su tarea, que llegó a buen puerto y sembró el germen de la duda en la opinión pública y una certeza, el poder siempre nos manipula y nos miente, sino no sería lo que es, una hegemonía opresora e impiadosa, pero que nunca podrá evitar que sus mierdas, de una u otra manera salgan a la luz tarde o temprano. Mirenla acá, no nos va a venir nada mal!
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