domingo, 4 de octubre de 2015

En TN/Canal 13 de Clarín son expertos en bajarle los humos a cualquiera!

Se acuerdan cuando allá por abril les contamos cosas del Oligopolio Clarín que ni siquiera su teórico oponente gubernamental contó en sus centenares de notas, libros, películas documentales y programas, como entretenimiento para las clases medias urbanas que gustan del chusmerío. Bueno, si no leyeron aquel posteo o lo olvidaron, acá lo tienen entero (y les recomendamos no perderse una línea), pero vamos a rescatar de él lo que hoy nos parece lo más importante para encabezar este texto. Se trata de los cinco puntos que concordamos quienes escribimos aquí y pasamos alguna vez (o seguimos haciéndolo) por esas fauces siniestras, usa el "gran diario ¿argentino?" para manipular, usar, negrear y explotar a todos sus trabajadores, aunque inentendiblemente la gran  mayoría se sienta feliz por ello. Un Síndrome de Estocolmo y colonización mental difícil de comprender pero que está allí firme desde hace por lo menos 50 años. Presten atención y no se distraigan, ellos son:

1) Hacer creer a la víctima que llega a sus filas para ser negreado que alcanzó su techo, que está en la Meca, que ha llegado a la meta que otros jamás podrán alcanzar, seguramente por ser ineptos, nada "profesionales", y seguramente faltos del "talento" suficiente para "pertenecer" a esa "elite de elegidos". Estar ahí implicaría "implícitamente", según estos preceptos engañosos y falsos, empezar a ser un privilegiado, un premiado en esta breve existencia terrenal  y en un lugar "inalcanzable", al que la mayoría del populacho y mortales jamás tendrá acceso.

2) Generar desde "el vamos" un potente clima de competencia desleal entre compañeros, semioculto claro, en un hipócrita espíritu de cuerpo que transmiten los gerentitos, todos pequeños "ricos" serviles a las "altas esferas del holding, quienes obviamente y como indica el "manual del alumno clarinista", deben ser más magnettistas que el propio Magnetto. Estrategia laboral que fomenta la falta de solidaridad absoluta, aunque para las tribunas que los rodean entre los muros del emporio les hayan enseñado a demostrar falsamente absolutamente lo contrario. Un dato que muchos habrán notado es que es muy difícil que un empleado del "gran grupo argentino" hable bien de otro, quizás sólo lo haga por algún tiempo hasta que llegue el momento en que la CAUSALIDAD GERENCIAL lo cruce en su camino... eso si, difícil que alguno cuestione a sus jefes y a la "incuestionable" empresa, una suerte de Pachamama que les chupa las sangre mientras gozan con ese placer morboso.

3) La política de "premios" y "castigos" es un clásico de varias mafias disfrazadas de empresas, Clarín debe ser el campeón interamericano y tal vez mundial en esa materia. El esquema consiste en sacarle el mayor jugo posible a cada laburante, por ejemplo que haga más horas de las que le corresponden, que cumpla más funciones de las que le tocan, implantar a rajatabla una línea editorial que pareciera no imponerse pero que resulta peor que eso... es como una voz que proviene sin sonido desde "el más allá de la calle Tacuarí"... una suerte de mantra demoníaco que se mete como un virus en las mentes de sus soldados. El Grupo le indica a sus asalariados no sólo como deben pensar con respecto a la bajada de los medios que le pertenecen, sino como hacerlo con respecto a su propia persona y humanidad. Así es como el "Perro de Pavlov" y el "Síndrome de Estocolmo" se combinan en un cóctel perverso y explosivo. El empleado empieza a "registrar" al tiempo de estar en las entrañas del lobo feroz, que si hace lo que le dicen, a pesar del costo negativo que eso tenga tanto a nivel personal, individual y colectivo, será premiado, como el canino de Pavlov, con un hueso. En estos casos el "hueso" tiene escalas de menor a mayor: desde el celu abierto y el taxi libre hasta un viaje para hacer alguna cobertura especial, darle más "horas de vuelo" al aire, hacer piso en estudio (radio o TV) y sentirse la estrella del super chino del barrio o la carnicería, también más espacio e importancia si se trata de la prensa escrita, porque no un titulito en la tapita, etc, etc. La cuestión casi nunca gira en torno a lo salarial, de hecho nadie en el Oligopolio gana igual que otro, ya que nunca esos miserables respetaron convenio, estatuto o puta ley laboral alguna. Los "arreglos" los hacen los garcas de Recursos in-Humanos según la cara, situación y debilidad del "interesado" en trabajar ahí... unos reverendos hijos de puta va!. Así como el abusado empieza a estar condicionado igual que el perrito que empieza a babear cuando siente la campanita de un posible "premio/hueso", a su vez incorpora, y más de uno puede dar fe de esto (es más, unos cuantos!) que si no hace lo que se le exige será castigado... nooo!... ni latigazos, ni retos, ni nada parecido.... algo "peor"!... eso no genera el miedo que necesita "la empresa"... el método tiene que ver con exacerbar el individualismo y el pánico... el "premio/hueso" en ese caso de "traición" a la patronal se le dará automáticamente a uno de sus compañeros más cercanos, si tiene "buena relación" con él, mejor... dolerá más y la bronca, la envidia y el terror a ser dejado afuera por los mandamas se pondrán en un desesperado estado de alerta. Así es como se empieza a metabolizar la idea de que los compañeros de trabajo no son tales, es decir no son pares que están en la misma situación que él o ellos, sino que son potenciales enemigos peligrosos que pueden poner en riesgo su integridad "profesional" en el "Noble Imperio Corrupto". Para cerrar este punto, lo increíble de esta suerte de psicosis es que a pesar del ultraje que el trabajador recibe y que naturaliza como algo que entiende que es así y listo, tiende a no sentir bronca contra quienes administran y llevan adelante ese mecanismo pestilente, sino todo lo contrario, adorarán a sus jefes y los verán como super héroes, no porque sean buenos, sino porque como experimenta el secuestrado que sabe que su vida o muerte depende del secuestrador, es carcomido por el Síndrome de Estocolmo y empieza a querer, a defender, y hasta a jugárselas por quien le está cagando y robando la vida, la dignidad, la libertad de acción... todo va!.

4) Es esencial para mantener este enclave de ultraje e injusticia conseguir que la víctima crea que su supervivencia depende sólo de estar dentro del Grupo a lo que de lugar y caiga quien caiga, entregando a su madre si es necesario. Bajo este concepto insólito afuera de allí soló habría brumas, desolación y tristeza. Lograr dehumanizar al empleado es el fundamento con el cual Don Héctor monopolizó el arte de cagar laburantes de prensa y otros rubros durante décadas, hasta que algunos advenedizos se atrevieron a disputarle el podio. Así sus malos discípulos: Szposlki, Garfunkel, Ferreyra de Electroingeniería, Cristóbal López, Vila y Manzano, Moneta, Nosiglia y Cetrá, entre otros, tienen paros y rebeliones permanentes entre su tropa, porque creen que con solamente pisarles las cabezas a negreadas todo el tiempo y sin respiro van a conseguir que les teman y los "quieran" como a Magnetto... no es tan fácil muchachos!. Engendrar esclavos como los de Don Héctor fue un "trabajo" hasta científico si se quiere, porque más allá de que el tipo sea un gran hijo de siete mil putas, sin ninguna clase de escrúpulos, es digno reconocer que hay que tener un talento oscurísimo para llevar adelante semejante cultura de la peor mierda que se pueda imaginar. Lo del tipo es algo digno de un Maquiavelo moderno, ese florentino inteligentísimo que predicó en base a sus observaciones, que para sostener el poder los súbditos tienen que querer y temer al Príncipe, pero que siempre es preferible que la segunda opción tenga preeminencia sobre la primera. Los muchachos que nombramos no consiguen otra cosa que la primera... así les va!.

5) Para cerrar nuestro "estudio de campo" sobre el infierno Clarín al que muchos creen el Paraíso, o mejor dicho, prefieren autoengañarse de que esa inmundicia es ese fantasioso santuario, la quinta pata que todos los que anduvimos por sus redacciones, oficinas, gerencias, etc, observamos es que el Grupo siempre prefirió mostrar fortaleza y jamás debilidades, tanto puertas afuera como puertas adentro. Su "miniestado" policíaco con cámaras, buchones (que hasta pueden estar en el cumpa de al lado), personal de seguridad que usa corbata y otro de menor rango que lo hace vestido de cana, para que el cuerpo de esa institución de explotación se parezca lo más posible a una sucursal de un banco multinacional, nunca se ocultó, siempre estuvo a la vista adrede. Esa fuerza orwelliana siempre fue, es, y será dirigida para los de adentro, no sea cosa que piensen un instante algo que "El Gran Hermano" Magnetto no quiera, o no le convenga que piensen. 

En este posteo vamos a sumar un sexto punto a todo este arsenal de estrategias de manipulación laboral interna. Al mejor estilo maradoneano la vamos a bautizar "la cortada de piernas". Es decir, por más que cualquiera de los que está allí al aire o en el puesto que sea de manera "permanente" y crea engañosamente que ha ganado los galones suficientes como para tomarse ciertas licencias, ventajas o independencia, al mejor estilo de la FIFA, Magnetto le baja los humos aunque el tipo/a se sienta "Maradona", el 10 del mundo entero. Por eso cuando Sergio Gendler se creyó que la tenía más grande que otros y se hizo el piola con viáticos y gerentes de Recursos in-Humanos, el Grupo lo rajaron a patadas en el culo. Antes, cuando Sandra Borghi estuvo embarazada de uno de sus hijos y necesitaba tomar otra licencia la hicieron ir hasta el último día complicándole hasta el hecho de ir a mear!... de locos!. Obviamente cuando volvió la freezaron sin piedad, ella igual los ama ¿o tal vez no tanto?... la verdad a estas alturas hay que pedir como diría Alfonsín: "un médico (en este caso psiquiátrico) por allí por favor!". Mucho más tarde, el bizarro encontronazo entre lo pibes (no tan pibes) de deportes de TN/Canal 13 y el morboso Ricardo Canaletti salió a la luz, las autoridades de las emisoras no tuvieron pruritos en mandar a la casa a meditar al hombre que se creía el nuevo Sdrech de la TV argentina... claro, el tipo se olvidó que le faltaba comerse unos cuantos tiros para levantar el rating de las señales si quería que lo "perdonaran" o lo maltrataran con una sanción menor. Así es como les mostramos en las fotos que les subimos, esta empresa multimediática con aires imperiales basurea al que venga y se crea quien se crea. Fijense que uno de los tipos que se ha mostrado más servil a la nefasta línea editorial del Holding, inclusive carnereando compañeros,  es enviado como cualquier hijo de vecino a cubrir en la calle el picnic del Día de la Primavera, mensaje "encriptado" al jujeño: "negrito, acá sos un noterito más, ok?". Lo mismo con la recontraultraclarinista (al pedo) Sandrita pobre, a pesar de haber tomado el pensamiento más fachistoide e individualista del Multimedios, la vuelan como a un perro del aire junto a Doman y le dicen "nena!, andá a hacer la notita del Obelisco sin punta y no jodás"... A esto se le llama un verdadero ultraje ¿o no?... pero bueno chicos, la culpa la tiene el Chancho, pero también quien le da de morfar... reflexionen!. Los tratarían mejor si tuvieran dignidad como algunos compañeros suyos que cada vez están más en desacuerdo con ese tipo de accinar cavernícola, acomodaticio y mezquino.

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