jueves, 7 de enero de 2016

Excelente carta de un trabajador de prensa que habla a quienes todavía celebran despidos

Está claro que en base a las expresiones desagradables, poco felices y faltas de toda solidaridad y humanidad de parte de muchos ciudadanos argentinos se entiende porque se impuso ahora con mayor potencia y rigor que nunca este modelo de desigualdad permanente. Lamentablemente la mayoría de nuestros compatriotas se regocija con que al que tiene al lado le vaya mal. Lo increíble es que el que se ríe y celebra que su par perdió un laburo y se quedó en la calle, no se da cuenta que está sometido al rigor del mismo sistema mezquino. ¿Cómo se puede tener semejante ceguera?. Claro, si en el '55 muchos festejaron que el genocida Isaac Rojas bombardeara la Plaza de Mayo y asesinara a más de 400 compatriotas, y lo peor, otros todavía digan que con liquidar a 30 mil personas, Videla, Massera y Agosti se quedaron cortos ¿qué se puede esperar?. El odio que los poderosos le inyectan a las denominadas clases medias que sueñan con "pertenecer" a esa casta considerada por ellos "superior" es nefasta. Es tal el poderío mediático que tienen las huestes oligárquicas que se apropiaron del sentido común y lograron que un tipo que sólo tiene una casita, un departamentito, un autito, y por ahí puede ir de vacaciones unos días a Las Toninas, considera su enemigo a quien debería ser su aliado de clase, el laburante, el pobre. Que al CEO Macri lo voten Bulgheroni, Pérez Companc, Bunge & Born, Soldati, Rocca, Roggio, Pescarmona, Fortabat, Anchorena, Biolcatti, Peralta Ramos, Escasany, los Luro Pueyrredón, Brito, Alchourrón, Alzaga Unzué, Martínez de Hoz, Pereyra Iraola, Saavedra Lamas, De Mendiguren, Alsogaray, Blaquier, Mitre, Saguier, Noble, Magnetto, etc, es lo entendible, lo lógico, lo normal... pero que lo haga un tipo que es empleado es inaudito!. Y que encima ese mismo empleado, al que por obvias razones no se lo puede acusar de pensar, o actuar como el patrón que le tocó en desgracia, juzgue y acuse a otro por caer en la misma trampa en la que él está metido es de una pobreza intelectual que da vergüenza ajena y propia... no aprendimos nada nunca muchachos!. ¿Cómo una persona puede decir "ustedes se lo merecen porque eran cómplices de Szpolski"... o si quieren de Magnetto... son los mismo con distinto olor... ¿qué tiene que ver?. Una cosas son gerentitos y jefecitos que con esas ambiciones de cartón que tienen al pedo venden su alma al diablo por nada, pero ¿que tiene que ver un laburante con eso?. Es como decir que un asalariado del banco Galicia (o cualquier otro) es un agente del sistema de explotación capitalista universal que deja morir a millones de niños hambreados en el planeta... A ver si se sacan ese odio violento y berreta y dejan de estar indignadas como viejas de peluquería que repiten lo que leyeron en Gente, Caras o Paparazzi. Vía el excelente blog Señales dimos con esta misiva de Diego Papipo Igal que sintetiza estas paradojas bien argentinas, pasen y lean sin falta:

En estas horas aciagas donde miles de personas perdieron el empleo o ven peligrarlo, hay muchas y lógicas muestras de solidaridad, desprendimiento y afecto. Pero al mismo tiempo se multiplica una argumentación que incluye las palabras mágicas "dinero público", "plata de impuestos", "subsidios", "publicidad oficial" y una sentencia categórica: "deberían saber con quién se metían". La mayoría de quienes trabajamos en medios del Grupo 23 no lo somos por haber adherido a una movimiento político o el gobierno saliente. No nos enriquecimos estos años ni recibimos millones. Trabajamos con la mayor profesionalidad y dignidad posible. Conocemos con mucho nivel de detalle a la patronal, porque sufrimos desde hace años los atropellos, violaciones a la ley, incumplimientos, mentiras y bajezas. La hemos enfrentado puertas adentro y en la calle; denunciado en el Ministerio de Trabajo y en las asambleas. Todo el gremio de prensa conoce y mucho a Sergio Szpolski y a Matías Garfunkel y dentro y fuera sabemos que crecieron empresarialmente por y gracias al kirchnerismo. ¿Deberíamos haber renunciado por eso? No hay respuestas categóricas posibles. Todo el gremio de prensa conoce y padece una realidad vieja como el oficio: uno no elige donde trabajar, sino donde buscar trabajo. En otras palabras, uno no trabaja donde quiere, sino donde lo contratan. Y las condiciones son cada vez más pésimas y no por culpa del kirchnerismo ni por Szpolksi&Garfunkel, sino por un conglomerado de factores que los anteceden y con responsabilidades repartidas entre más actores, empresarios, sindicalistas y muchos colegas, vamos. Si uno mira el conjunto de empresas periodísticas en actividad verá que la mayor parte recibió pauta oficial desde el retorno de la democracia, o tiene antecedentes de pauperización o de complicidad o negociados con la dictadura o el menemismo, de manera que si uno priorizara ese historial no podría trabajar en ninguna o en casi ninguna, porque todas tienen manchado el legajo. También estaría desempleado sino aceptara que le paguen un monto fijado de manera unilateral y arbitraria, con factura C, con cheques cruzados a 60, 90 o 120 días o bajo condiciones que violan el estatuto de prensa (una ley de más de 60 años). No crean que exagero, al contrario, me quedo corto. Salgamos del gremio periodístico, ¿conocen muchos trabajadores o profesionales que cuestionen al empleador por recibir subsidios (transporte o servicios públicos y ¡ay, la Iglesia!); ejercer un monopolio (las telefónicas, por caso); que lucra con la salud de la gente (prepagas) o las necesidades financieras (bancos) o el costo de vida (supermercados y servicios)? ¿Conocen algún trabajador o profesional que haya renunciado por alguno de esos motivos o que revise los antecedentes laborales, comerciales o profesionales del lugar al que va a pedir trabajo o en respuesta a un aviso? No voy a hablar de la publicidad oficial porque es un debate muy amplio, pero sepan que Mauricio Macri no quiso regularla en los ocho años que estuvo en la ciudad de Buenos Aires e incluso vetó una ley que lo hacía, aun cuando estaba consensuada por legisladores del PRO y de la oposición. Tampoco voy a explayarme sobre los oficialismos, pero sepan los que no están en el gremio de prensa que en los 23 años que llevo en él siempre tuve que, en mayor o menor medida, hacer oficialismo, y sólo cuatro años trabajé en una empresa estatal (la agencia de noticias TelAm). Se hace oficialismo con un anunciante, el gobierno, un socio o amigo del dueño y también por las dudas. No existe el periodismo independiente cuando lo ejerce una empresa que depende en un 90 por ciento de la publicidad privada o pública que reciba y el resto de lo que aporte el lector que lo compra. En ese discurso ópaco de quienes nos agreden por haber trabajado en la prensa oficialista también hay colegas, pero si los observan bien verán que son solitarios advenedizos, viejos carneros o resentidos sindicales. Es muy difícil predecir qué pasará con el grupo que regentea Szpolksi&Garfunkel pero estoy seguro que yo y mis compañeros seguiremos haciendo con la dignidad y la profesionalidad de siempre lo que hacemos desde mucho antes: ejercer el periodismo como un servicio público orientado a la sociedad, aun con las trabas que ponen los funcionarios, pero también y en mayor medida los empresarios y dueños de medios.

1 comentario:

megafonenpantuflas dijo...

“Lo que hay que quitarle al hombre para someterlo es la conciencia”, suele decir y escribir el desmelenado de José Pablo Feinmann. Buena frase, pero incompleta, faltó agregar “de clase” ¡Conciencia de clase! ¡Es la única manera de lograr que una gran masa de personas voten en contra de sus propios intereses (¡incluso cuando se lo están diciendo en sus caras!). Para introyectar una verdad en una multitud es necesario un Grupo comunicacional. ¿Les suena? Los medios de comunicación nacieron como una herramienta de difusión política creada x los políticos, el 7 de junio de 1810, cuando Mariano Moreno creó la Gazeta de Buenos Aires para difundir sus ideas sobre la independencia, Bartolomé Mitre creo La Nación para difundir sus ideas conservadoras, Roberto Noble creó Clarinete para difundir sus ideas desarrollistas y los republicanos crearon el Washington Post y los demócratas crearon el New York Times, etc., etc. ¿Se dan cuenta? Eran herramientas de difusión política, ahora desde que el poder en el mundo es económico se cargaron con esas herramientas y así comenzaron a dinamitar uno por uno los códigos éticos de la profesión del periodismo. Conclusión: los medios de comunicación pasaron de estar en manos de sus verdaderos creadores, el poder político, a manos del poder económico, ergo, ¡jamás de los jamases fueron “independientes”! En su libro “Propaganda” (1928), Edward L. Bernays (sobrino de Freud) argumentó que “la manipulación de la opinión pública era una parte necesaria de la democracia”: “La manipulación consciente e inteligente de los hábitos y opiniones organizadas de las masas son un elemento importante en una sociedad democrática. Aquellos que manipulan este mecanismo no visible de la sociedad, constituyen un gobierno invisible, que es el verdadero poder gobernante de nuestro país... Somos gobernados, nuestras mentes son moldeadas, nuestros gustos son formados, nuestras ideas son sugeridas, mayormente por hombres de los que nunca hemos oído hablar...” ¿Qué tul? Dijo Mark Twain: “Es mas fácil engañar a la gente, que convencerlos de que han sido engañados”. Namasté boys-.