martes, 15 de marzo de 2016

Eduardo Aliverti no quiere ni a Las Madres, menos va a querer a los laburantes de prensa


Sin pelos en la lengua, así como en su momento Hebe de Bonafini trató allá por junio de 2012 de Pirata a Sergio Szpolski, no se equivocaba (hoy está fugado luego de vaciar el Grupo 23 junto a Matías Garfunkel), hace horas el excelente blog del colega Gustavo Remestventsky, Medios y Opinión, rescató una perlita imperdible donde la titular de Madres de Plaza de Mayo desenmascara en público a otro de los hipócritas que disfrazado de combativo priorizó siempre sus negocios. En el vídeo la mujer cuenta como el tipo le cobraba a la organización de Derechos Humanos, 700 dólares para tener un programa al aire. Ahora ya existen dudas si Eduardo Aliverti alguna vez fue un verdadero hombre de "izquierdas" y luego se vendió al sistema, o siempre fue un farsante que hizo marketing con ese verso que muchos han y siguen utilizando con muy buenos resultados pecuniarios. Ya en octubre de 2008 subíamos un material en donde el hombre barbado justificaba sus asiduas visitas al ciclo de la gorila y golpista "Chiquita" Legrand, donde aseguraba que esa pantalla le aseguraba la categoría de "Zurdo Blanqueado", ¿se acuerdan?. Lejos estaba aquel personaje del que escuchábamos a finales de la dictadura y llegada del alfonsinismo ¿no?. Para muchos, como nosotros, empezaba la decepción. Pero la cosa no quedó allí. Todavía en en 2006, El Engolado, como se lo conoce en el medio, era fervientemente anitikirchnerista. Así lo demuestra la versión televisiva, que acá pueden ver, de la Revista Barcelona que en una suerte de remake de La Noticia Rebelde conducía con los irreverentes Pablo Marchetti y Marcela Pacheco. En octubre de 2010, el volátil Jorge Lanata, empezaba a tener un enfrentamiento personal con su alter ego de voz cabernosa y lo acusaba de pajearse escuchándose a si mismo, cosa que es difícil de discutir, más allá de todas las críticas que se le puedan hacer a el ex Página 12. Pero lo más duro empezó cuando la dupla empezó a pegarse con acusaciones del pasado muy duras. Trifulcas y diversos rencores por cuestiones de dinero pero también de pseudomoral y datos que sólo puede saber quienes están metidos en el barro hasta las tetas (pasen y lean porque no es para desperdiciar). Ojo!, Lanata tampoco es ninguna Carmelita Descalza eh! (lean acá y acá).. Lo peor de Aliverti para estas nuevas generaciones de periodistas engañados hasta la médula fue su llegada al Grupo Octubre, disfrazado de fundación, del burócrata sindical Víctor Santa María. Otro panqueque del sindicalismo que pasó del moyanismo "acérrimo" al caloismo más idolatrado, rozando sin que se le mueva un pelo, el más rancio barrionuevismo venegista. Al comando de la AM 750 inventó un producto estrafalario que intentó, e intenta, expresar un combativismo tan ficticio como El Unicornio Azul de Silvio Rodríguez. El hombre, mientras nos recitaba y recita la revolución socialista hace exactamente lo contrario a esos canones negreando, explotando y no dando libertar sindical a sus empleados. Algo que supera todo lo establecido en materia de panquequismo. En esa defensa forzada y exagerada del modelo kirchnerista, que tanto benefició al SUTERH, el gremio de los encargado de edificios y al mejor estilo Orwel en 1984, Eduardo quiso borrar su pasado de Jurado de Honor de los Premios Clarín y su nefasta faceta empresaria donde entregó, entrega y entregará, a pobres pibes con ganas de triunfar, a las garras de todos los patrones de medios que él dice repudiar y que son siniestros como Magnetto, La Nación de los Mitre/Saguier, el Telecentro del masserista Pierri, entre tantos otros. Este último vínculo tienen como para entretenerse una semana y enterarse bien quien es el Hadad del "populismo" que no es. Igual no dejen de pasar por la historia del curro de los Premios ETER y las dos últimas entregas de esta mentira. Una repudiada por los Trabajadores de Prensa y otra, previendo un peor repudio, en total estado policíaca en la ¿Televisión Pública? a cargo del despedidor serial y privatizador Tristán Bauer, algo que fue vergonzoso.

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