martes, 28 de junio de 2016

Tarde pero seguro se empieza a entender que los servicios de inteligencia quieren tener su propio Multimedios

Más allá de la aburrida historia de la SIDE, SI o AFI (todo la misma mierda) que nos cuentan con data de bar tipos como Gerardo Young, hay un trasfondo que gente que quiere seguir trabajando en medios no puede contar, y obviamente entendemos. Salvo que claro, sea apuntando para un sólo lado. Encontramos esta nota del sitio de radios del SiPreBA que cuenta un poco por arriba algo cercano a la realidad de lo que fue aprovechar la pauta oficial a modo de fondos reservados para que los sectores más fuertes del "Sector Bond" tuviera su propio oligopolio mediático. En ese único contexto es que podemos entender porqué el Grupo 23 empieza a salir de circulación mucho antes de la caída del kirchnerismo con el desguace paulatino de sus diversos medios. El conflicto por el vaciamiento del multimedios del mal llamado stiussimo, no empezó el 10 de diciembre cuando asumió Macri, esa fue la fecha de vencimiento del intento que todavía, aunque no parezca, continúa. Ya en enero de 2013 la Logia de la calle 25 de Mayo tenía sus motores de búsqueda alertas y detectó que habíamos reproducido una nota el la Revista Veintitrés donde le pegaban al dueño de Endemol, Martín Kueller... A quien jugándolas de progres acusaban por "blanquear" a La Bonaerense con su nefasto ciclo "Policías en Acción". ¿Qué casualidad no?... hablando en el posteo anterior de "la mejor policía del mundo" y su relación con la inteligencia vernácula para cometer crímenes como los de Kosteki y Santillán. Lean el apriete judicial que nos hicieron acá, así no tienen dudas de lo que les estamos contando. Lo que ocurrió fue que Kueller había sido comprado mediante el multimillonario alquiler de su Estudio Mayor para que allí funcionara el hoy decapitado CN23, canal convertido en estos días, otra causalidad del destino AFI, en una señal televisiva dedicada exclusivamente a temas del Conurbano que está en manos de Cristóbal López, Fabián de Souza y su pseudosocio, Sergio Bartolomé Szpolski, el colocador de jeta de todas estas operaciones, quien después de haber estafado a más de 800 trabajadores de prensa se pasea libre y contento con los bolsillos llenos por las calles más paquetas de Buenos Aires, simplemente porque no existe un sólo rastro documentado de que él haya tenido que ver con todo eso, y porque su única relación laboral es con agentes no tan secretos, comisarios y milícos que mediante testaferros tienen agencias de in-seguridad con quienes trabaja desde hace décadas cruzando información. No tiene nada de azaroso que cuando se va al fondo de todas estas cuestiones que tienen como exclusivo objeto lavar dineros non sanctos los nombres sean siempre los mismos. Vamos a seguir metiéndonos en el barro de esta mugre que ha cooptado e infiltrado a medios de comunicación, organizaciones gremiales, políticas, sociales, de derechos humanos y por supuesto todas las instituciones del Estado, es decir el corazón de todo aquello que tenga que ver con la defensa de nuestros derechos como trabajadores, ciudadanos y seres humanos.

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