jueves, 20 de octubre de 2016

La "monarquía" de la Argentina fashion continúa in eternum!

Los que votaron a los CEOs que gobiernan hoy y a sus glamorosas mujeres se cansaron de pegarle a la ex jefa por sus ostentosas carteras, relojes, anillos, bijouterie y vestuarios multimillonarios. Cosa que en verdad tenía un pito que ver con el discurso del supuesto "campo nacional y popular". Ahora por supuesto, los medios de incomunicación no hacen más foco en ello y entonces las viejas de la peluquería ya no tocan el tema, sino que dice ( no sabemos por cuanto tiempo más) "Hay que fina, delicada y elegante que es Juliana... y la chiquita?... Antonia... es hermosa". El boludismo, como dijo el filósofo y delincuente contemporáneo Luis Barrionuevo, seguirá seguramente por dos años. Después todo volverá a la "normalidad". Se repetirá, por ejemplo, la historia mitológica del caudillo riojano que venía a salvar a la Argentina en los '90 de la mano de Facundo Quiroga para después transformarse en el siervo de Bush (padre) y el rey de la corruptela que había prometido combatir. Lo mismo pasó con el "tiempista" y "políglota" Fernando De La Rúa, quien de tapa del hombre del año en la Revista Viva de Clarín en 2000, pasó  a ser en cuestión de meses en una suerte de viejito con Alzheimer que vivía durmiendo la siesta. Kirchner y CFK eran el matrimonio de clase media común que con militancia peronismo y lucha habían llegado a la Casa Rosada para no dejar las convicciones en la puerta. Doce años después fueron el gobierno más corrupto de la historia, según lo que repiten cientos de pseudopolíticos, opinadores, periodistas, y sanateros varios, olvidando a la Junta Militar que no sólo se choreó el país sino que masacró a toda una generación de tipos que querían un mundo más igualitario. ¿Qué dirán de Awada cuando se termine la licencia barrionuevista?. Se escuchará en las verdulerías decir "esa raquítica muerta de hambre que se llenó de guita con talleres clandestinos y casándose con un duque y luego con el hijo de un magnate condenado a ser jefe de un Estado retrogrado". Eso sería lo más leve... seguramente será peor. Ya estará maquillándose en algún set televisivo la futura Carrió que diga "la gente en la calle los quiere matar". La rueda gira en esta amnesia orwelliana que nos tiene sumergidos en el imperio del pelotudismo a nivel académico. Los argentinos somos una banda de camaleones incomparables. Sean de la clase que sean. ¿Dónde están los trabajadores que no iban a permitir despidos masivos?. Dónde están los representantes sindicales que pelearían contra Macri como, según ellos dicen, hicieron con la dictadura K... dictadura K cuando no les dieron más la guita de las obras sociales y los quisieron cagar usando sus mismas técnicas de extorsión. El kirchnerato pasó y fue enterrado en un monumento gigante en Santa Cruz junto a su creador porque creyó que se iba mantener en el poder armando un Frankenstein con el cinismo mediático de Clarín, la impunidad de los menemistas que llegaron al poder, la soberbia de los opositores con complejo de inferioridad por haber perdido siempre, convirtiendo a tipitos como el lumpen fascista Eduardo Feinmann en un bufón de la corte y comprar y copiar la malicia de su eterno amo, Daniel Maldad, entre otras tantas miserias más que chorearon por ahí, además de guita. Al menos Máxima está exenta de un futuro argentino, siempre le dirán su majestad porque los reyes abdican o mueren. De todos modos, su fantástico reino es cualquier cosa menos amnésico, por eso no permitió siquiera que su padre videlista, Jorge Zorreguieta, quien fue Secretario de Agricultura y Ganadería de la dictadura criminal entrara a Holanda para el casamiento de su afamada y santificada hija. Parece que el naranja espanta a los orwallianos argentos sin excepciones ni piedad! 

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