Son muchos los lectores de este blog que nos preguntan permanentemente por la situación de conflicto que viven nuestros compañeros en la histórica y destruida Radio Rivadavia. Una señal que hizo escuela y fue transformada en un sótano de violaciones laborales, humanas y profesionales. A más de un colega le destruyeron la carrera allí sin que nunca ningún organismo de gobierno hiciera absolutamente nada. El porqué... lo hemos explicado varias veces pero nunca está demás reiterarlo. El verdadero dueño de la emisora es hace décadas el "Monje Negro" Enrique Nosiglia, armador político de varios de los peores desastres que carcomieron a nuestra Argentina, entre ellos el nefasto Pacto de Olivos entre "Patillas" y "Alfonso", así como esta Alianza de empresarios negreros y explotadores que tomó las riendas del poder sin intermediarios de la corrupta corporación "política" el pasado 10 de diciembre, y que por más que nos autoengañemos, va camino a una debacle inevitable. Reiteramos, de donde vinieron siempre los problemas jamás vinieron, ni vendrán, las soluciones. El "Coti" tiene allí en la calle Arenales al 2400 a una familia que le hace de testaferra hace añares, el Clan Cetrá... otra que el Clan Puccio!. El papimafi de ese núcleo de chantas es papá Luis, un impiadoso patrón de estancia que llevó además, como para cerrar el círculo maldito, al siniestro Mauro Viale, ese "efectivo" abusador de laburantes de prensa y rompedor de huelgas, quien armó un ejército de carneros a los que tiene de rehenes para cagar los reclamos de nuestros cumpas. Este último vínculo les va a aclarar el panorama porque tiene casi todos los links referidos a este drama en el que mantienen sumida a la AM 630. La situación actual reventó hace unos quince días cuando con amagues de cierre del mítico Rotativo del Aire la diabólica dupla Nosiglia/Cetrá decidió despedir a seis trabajadores. El tema terminó en el Ministerio de Trabajo, ahora a cargo de la administración recontra propatronal del tándem menemista Triaca/Sabor, quienes antiobreros pero no boludos bajaron la orden a sus subalternos de que obligaran a la empresa a retrotraer cada uno de los rajes, de los que inclusive se habían enviado los telegramas. Según nos informaron fuentes cercanas al nuevo Sindicato de Prensa de Buenos Aires, (SiPreBA) allí hubo una fuerte compulsa con gerentes alcahuetes y abogados de Rivadavia que no querían dar el brazo a torcer, pero tuvieron que aflojar por pedido de las "altas esferas" hasta ofrecer un plan de pago. Recordemos que estos ladris que recibieron (y reciben) millonadas en materia de Pauta Oficial) "pagan" hace más de 20 años el sueldo en cómodos cuotas sin intereses, no abonan aguinaldos ni con la orden de la Suprema Corte de Justicia (cosa que igual nunca ocurrió, obviamente!), y menos que menos retroactivos acordados en paritarias. Un choreo infernal, a plena luz del día y frente a todas las "Instituciones". Así fue que los malandras enviados por la violatoria firma asumieron reducir cantidad de cuotas para, al menos, cubrir alguna parte de las delirantes deudas que tienen con quienes hacen que la radio esté al aire: operadores, locutores y periodistas. No hablemos de los programas porque allí hay un rejunte inaudito, algunos contratados con muy buen sueldo, como el colaboracionista de la dictadura de Videla, Massera y Agosti, Samuel "Seguimos Ganando" Gelblung, el "relator" de ATC del mundial que organizó esa banda de genocidas, Mauricio Goldfarb, quien por eso años junto a Marcelito Araujo, otro patriota, escribían cosas como estas (imperdible). Sigue allí el maltratador serial y pseudoporonga Antonio Novas, la "albertista" Rosario Lufrano, el chupacirios Ricardo Guazzardi y su cómplice Tomás del Duca, el "padre" Guilerrmo Marcó, etc. junto a otros que compran espacios tipo puestos en La Salada y que le dan al aire un surrealismo digno de Bertolt Brecht. Con toda razón, los laburantes de la radio que sobreviven por obra y gracia del Señor, reclaman que ni Sabbatella ni Tomada (agregamos nosotros) en su momento hicieron nada para evitar todas estas ilegalidades que hicieron que estos muchachos se cagaran (y caguen) en la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (26.522). En base a esta terrible crisis en medio de las "fiestas" los colegas continúan la medida de fuerza a pesar de los carneros de Viale, y la van a seguir hasta las últimas consecuencias, más allá de que Nosiglia crea que ahora con el gobierno del CEO-presidente MM va a seguir haciendo lo que se le cante las pelotas. Para su desgracia tenemos que informarles a él y sus adláteres que el horno no está para bollos. Todo tiene un límite y esta coyuntura explosiva lo es, no sólo para ustedes, sino para todos los que vienen afanando desde antes de la llegada de Alfonsín y aún siguen subidos al ruedo del afano ¿quieren apostar?...
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