jueves, 30 de junio de 2016

No hay edad para defender nuestros derechos!

Esta es la ejemplificadora imagen de una anciana armenia de 106 años, quien después de genocidios, exterminios, y ataques del imperial estado turco (que no engloba en absoluto a su pueblo), defiende su hogar de cualquier ataque contra su dignidad y la de su familia. Verla reaviva esa luz que se ha extinguido o atenuado en muchos de nosotros a cambio de la promesa de comodidad y de "paz" que nos ofrece el opresor. Esa que nos susurra al oído "no jodas, si te quedás en el molde y laburas 24 horas para nosotros, reproduciendo y repitiendo como loro nuestra predica esclavizante, xenófoba y discriminadora al menos te vamos a dejar comer de las sobras". Así, con la ayuda de los cotos des-informativos que han cooptado los poderes hegemónicos para vendernos quemaneuronas todo el día, siempre esa minoría logra imponerse de una u otra forma. De esa manera continúan haciéndonos creer que nunca podremos contra ellos porque desde el Estado tienen el monopolio de la fuerza y los palos suficientes para rompernos la cabeza con los pobres que tienen con uniforme para que les defiendan sus mezquinos, ilegítimos y mal habidos intereses. No dejemos que sigan adueñándose de nuestro sentido común. Cada vez que tengan dudas sobre si ponerse a proteger lo que les es propio por ley o quedarse mirando la tele, vean esta foto y sabrán que hacer.

miércoles, 29 de junio de 2016

Otra estafa más de la banda de servis que tiene como referente mediático a Sergio Szpolski, Infonews

Como fue ocurriendo con todas las empresas de medios del Grupo 23, propiedad de la ex SIDE y actual AFI, y comandados en los hechos reales por Juan José Gallea, Darío Richarte, Silvia Majdalani, Javier Fernández, el propio Jaime Stiusso, y otros personeros de la talla del tristemente célebre Enrique "Coti" Nosiglia (todos funcionarios de inteligencia y operadores políticos de la anterior administración y del gobierno de Mauricio Macri junto a su alianza con los radicales antialfonsinistas de Cambiemos), el portal de noticias Infonews también es dejado caer en desgracia. De pedir que les paguen, los trabajadores del sitio pasaron a denunciar el desguace y perdida de sus puestos de laburo. Lo hicieron con este comunicado:

“El empresario Sergio Szpolski, quien ya cuenta con un extenso historial de incumplimientos con los trabajadores del Grupo 23, anotó un nuevo hecho delictivo en su haber. Los trabajadores del portal Infonews, cerrado hace ya casi dos meses por las deudas de la empresa con los servidores y proveedores, fuimos engañados y estafados por este empresario, quien estuvo los últimos meses negociando personalmente indemnizaciones a los empleados para luego de interminables e inexplicables demoras “informar” que no podría pagar nada de lo negociado. La situación es sumamente grave para más de 50 familias que se encuentran a la deriva y sin cobrar sus haberes desde febrero. Una compañera dio a luz hace pocos días en esta situación lamentable que revela con absoluta crudeza la inescrupulosidad empresaria ante los reclamos de los y las trabajadores. Tampoco hemos sido contactados ni hemos obtenido ningún tipo de respuesta del otro accionista mayoritario del Grupo, Matías Garfunkel, a pesar de sus exabruptos reiterados en las redes sociales. Szpolski no solo se enriqueció con cientos de millones de la pauta oficial durante la última década. Además, de diciembre a la fecha, se desprendió de una gran cantidad de medios (Rock & Pop, Splendid, CN23, etc.) pero el destino del dinero de esas ventas es un misterio para los y las trabajadores de Infonews, Tiempo Argentino, Radio América, Cielos Argentinos, 7 Días y las ediciones zonales de El Argentino que jamás vimos un peso. Hemos denunciado esta situación reiteradas veces frente al Ministerio de Trabajo que hace oídos sordos, dando cobertura política e impunidad al empresario que está llevando adelante uno de los mayores desfalcos en la historia del gremio de prensa. Incluso, la empresa pautó fechas para rubricar los acuerdos en el SECLO el 21 y 22 de junio que luego fueron levantadas unilateralmente sin que esto llamara la atención o disparara una intervención de la cartera laboral sobre el conflicto. Frente a esta situación, los trabajadores de Infonews permanecemos en la redacción como única defensa de nuestros puestos de trabajo y nos declaramos en estado de movilización hasta obtener una respuesta a nuestros reclamos. Hemos iniciado también un fondo de lucha para sostener materialmente a los y las compañeras en este dificil cuadro. Alertamos asimismo que existe un proceso de desalojo de la redacción que amenaza con lesionar y agravar aún más los derechos de los y las trabajadoras de Infonews. Pedimos y convocamos la solidaridad y apoyo de todas las organizaciones sociales, políticas, estudiantiles, sindicales y DDHH y a la sociedad en general para frenar esta avanzada sobre más de 50 familias.

Asamblea de Trabajadores de Infonews

martes, 28 de junio de 2016

Tarde pero seguro se empieza a entender que los servicios de inteligencia quieren tener su propio Multimedios

Más allá de la aburrida historia de la SIDE, SI o AFI (todo la misma mierda) que nos cuentan con data de bar tipos como Gerardo Young, hay un trasfondo que gente que quiere seguir trabajando en medios no puede contar, y obviamente entendemos. Salvo que claro, sea apuntando para un sólo lado. Encontramos esta nota del sitio de radios del SiPreBA que cuenta un poco por arriba algo cercano a la realidad de lo que fue aprovechar la pauta oficial a modo de fondos reservados para que los sectores más fuertes del "Sector Bond" tuviera su propio oligopolio mediático. En ese único contexto es que podemos entender porqué el Grupo 23 empieza a salir de circulación mucho antes de la caída del kirchnerismo con el desguace paulatino de sus diversos medios. El conflicto por el vaciamiento del multimedios del mal llamado stiussimo, no empezó el 10 de diciembre cuando asumió Macri, esa fue la fecha de vencimiento del intento que todavía, aunque no parezca, continúa. Ya en enero de 2013 la Logia de la calle 25 de Mayo tenía sus motores de búsqueda alertas y detectó que habíamos reproducido una nota el la Revista Veintitrés donde le pegaban al dueño de Endemol, Martín Kueller... A quien jugándolas de progres acusaban por "blanquear" a La Bonaerense con su nefasto ciclo "Policías en Acción". ¿Qué casualidad no?... hablando en el posteo anterior de "la mejor policía del mundo" y su relación con la inteligencia vernácula para cometer crímenes como los de Kosteki y Santillán. Lean el apriete judicial que nos hicieron acá, así no tienen dudas de lo que les estamos contando. Lo que ocurrió fue que Kueller había sido comprado mediante el multimillonario alquiler de su Estudio Mayor para que allí funcionara el hoy decapitado CN23, canal convertido en estos días, otra causalidad del destino AFI, en una señal televisiva dedicada exclusivamente a temas del Conurbano que está en manos de Cristóbal López, Fabián de Souza y su pseudosocio, Sergio Bartolomé Szpolski, el colocador de jeta de todas estas operaciones, quien después de haber estafado a más de 800 trabajadores de prensa se pasea libre y contento con los bolsillos llenos por las calles más paquetas de Buenos Aires, simplemente porque no existe un sólo rastro documentado de que él haya tenido que ver con todo eso, y porque su única relación laboral es con agentes no tan secretos, comisarios y milícos que mediante testaferros tienen agencias de in-seguridad con quienes trabaja desde hace décadas cruzando información. No tiene nada de azaroso que cuando se va al fondo de todas estas cuestiones que tienen como exclusivo objeto lavar dineros non sanctos los nombres sean siempre los mismos. Vamos a seguir metiéndonos en el barro de esta mugre que ha cooptado e infiltrado a medios de comunicación, organizaciones gremiales, políticas, sociales, de derechos humanos y por supuesto todas las instituciones del Estado, es decir el corazón de todo aquello que tenga que ver con la defensa de nuestros derechos como trabajadores, ciudadanos y seres humanos.

lunes, 27 de junio de 2016

Los Parlamentos de la corporación política burguesa son la desdicha eterna de los pueblos

Ya sabemos que en medio del arsenal de boludismo sintetizado que despliegan con gran "talento" los medios de pelotudización masiva, el que vea este tuit que tomamos prestamos por ahí, lo primero que hará es clavar los ojos en la cara del "montonero" Hugo Chávez, lo que determinará que su cerebro se cierre y automáticamente pierda la oportunidad de gozar de la ingeniosa frase del gran Mijail Bakunin, otro maldito comunista menos conocido para el after office PRO. De todos modos sabemos  y entendemos que hay muchos que sabrán entender el mensaje difícil de objetar.

domingo, 26 de junio de 2016

Darío Santillán y Maxi Kosteki fueron objetivos claros de la ex SIDE y La Bonaerense




Ya dedicamos y vamos a seguir dedicando espacio a los crímenes de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki cuando se cumpla un aniversario como hoy, ya 14 años, o cada vez que sea necesario recordar que la responsabilidad política sigue impune. Les recomendamos pegarse una vuelta por estos viejos posteos que tienen otros con material documental que les sugerimos no perderse (A, B, C, D, E, F), y especialmente no dejar de ver, ni por casualidad, el excelente material que les subimos en esta nota "La Dignidad Rebelde". Desde que ocurrieron los hechos aquel 26 de junio de 2002 nos vienen diciendo que Darío y Maxi fueron víctimas de una tragedia casual, algo que en medio del "fragor" del conflicto le podía haber tocado a cualquiera. Burdas y poco creíbles mentiras. Por eso la recomendación para que no se pierdan nada de lo que les invitamos a observar con detenimiento. Este blog se caracteriza por ser perseguido por los servis disfrazados de periodistas, la verdad no los buscamos a ellos, ellos nos encontraron y no paran de jodernos las bolas. Es porque no les gusta que cuenten sus menesundas, esas en las que en más de una oportunidad uno de los nuestros aparece muerto por circunstancias que nadie puede explicar, pero que tampoco casi nadie intenta averiguar. A veces es más fácil acusar a los que decimos algo sobre estas cuestiones que somos delirantes conspirativos que mirar con "los ojos ciegos bien abiertos". A pesar de que desde hace meses subir cada post nos cuesta varios dolores de huevos y ovarios, porque nos hackean cada cinco minutos, sepan que nos van enseñando a como combatirlos cada vez más fácilmente.
A este homenaje le vamos a sumar el trabajo impecable del "Patán" Ricardo Ragendorfer, donde el genial periodista de "delincuenciales", no de "policiales", cuenta en su libro "La Bonaerense II" que el crimen de estos dos jóvenes recién salidos de la adolescencia y que formaban parte de los MTD (Movimientos de Trabajadores Desocupados) no fue ninguna cuestión azarosa:

LA ÚLTIMA ESTACIÓN

El presidente Eduardo Duhalde sabe mejor que nadie la malquerencia que los hombres de La Bonaerense son capaces de profesar hacia una conducción política con la que están indispuestos. Durante la década del noventa, en dos ocasiones estuvieron a punto de sepultar su propia carrera; primero, con el asesinato de José Luis Cabezas y, luego, con la masacre de Ramallo. Tal vez el ex gobernador haya decidido, abandonar la administración provincial y afincarse en Balcarce 50 precisamente con el ilusorio propósito de liberarse de esos seres. Pero el largo brazo de La Bonaerense lo sigue acechando. En ocasión de la masacre del 26 de junio de 2002 en Avellaneda, "la mejor policía del mundo" estuvo a un milímetro de malograr su trayectoria por tercera vez. La incompetencia brutal de quienes debían vigilar en ese día los cortes en el Puente Pueyrredón derivó en el asesinato de dos piqueteros desarmados, a la vista de decenas de testigos, algunos con cámaras fotográficas y televisivas. Eso sucedió luego de que desde el Poder Ejecutivo Nacional se preparara minuciosamente el terreno de la tragedia. La trama de aquel miércoles negro había comenzado unas semanas antes, cuando en una reunión de Gabinete el titular de la SIDE, Carlos Soria, sorprendió a todos con un inquietante informe recién sacado del horno. El paper en cuestión se basaba en grabaciones clandestinas efectuadas en un congreso nacional de piqueteros, que tuvo lugar a fines de mayo en el Estadio Gatica de Villa Domínico, con la asistencia de unas tres mil personas. El trabajo de campo propiamente dicho había sido una, iniciativa del subdirector de Inteligencia, Oscar Rodríguez, un ex intendente del partido de San Vicente, quien además está casado con la senadora Mabel Müller, la más íntima amiga de la primera dama, Chiche Duhalde. Para esta delicada misión se valió de agentes que él mismo había reclutado poco antes: un centenar de "batatas" bonaerenses, entre los cuales había barrabravas de Chacarita y Los Andes, matones salidos de las filas del Comando de Organización y, por último, algunos murguistas de la comparsa "Los Mimosos de Burzaco". Corpulentos en su mayoría, vestidos con camperas de cuero y comunicados entre sí con flamantes celulares Startac, se paseaban de un lado a otro en grupos de tres, sin pasar inadvertidos entre los asambleístas. Nadie imaginó que en ellos estaría el germen de una matanza. El material reunido condujo a una verdadera hipótesis de conflicto. El "Señor 5" —como se denomina al jefe de la SIDE— al exponer el asunto ante todos los ministros y secretarios de Estado, encabezados por el Presidente, señaló sin mover un solo músculo del rostro la existencia de "un plan insurreccional en marcha". Fue aún más lejos al vaticinar que los conjurados tenían "previsto el asalto al poder durante el próximo 9 de julio". Paradójicamente, era la misma fecha que el primer mandatario había fijado como final de lo recesión. Ante tamañas revelaciones, el secretario de Seguridad Interior, Juan José Álvarez, se mantuvo en un discreto segundo plano. No así algunos colegas suyos. El Informe Soria, pese a su carga descabellada, tuvo una gran acogida entre los "halcones" del gobierno, alineados detrás del jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof. Los ministros del Interior y Justicia, Jorge Matzkin y Jorge Vanossi, junto con el secretario general de la Presidencia, Ángel Fernández, y el canciller, Carlos Ruckauf, fueron desde entonces los encargados de endurecer el discurso oficial y de propagarlo. Hasta llegaron a enviar comunicaciones a los gobernadores de todo el país alertando sobre el presunto complot y a dar el visto bueno a posibles rebrotes de la represión. Súbitamente había girado 180 grados la estrategia oficial de no interferir en las protestas sociales. Así se llegó a la mañana del 26 de junio. Ese día se tejió una fina maniobra para deslucir el corte del Puente Pueyrredón, impulsando primero una situación de caos, con el apoyo de provocadores e infiltrados. Luego aplicarían sobre ella una represión medida, disciplinante y con un alto contenido mediático, con el propósito de instalar la ilusión de que el orden había sido restaurado. No contaban, desde luego, con la sutileza de La Bonaerense. Al despuntar el alba de ese miércoles, en la sede del Comando de Patrullas de Avellaneda, con asiento en Sarandí, se ultimaron las instancias previas al operativo policial, del que tomarían parte unos 110 uniformados y unas ocho brigadas de civil, cuyos integrantes debían mimetizarse en la manifestación. El clima allí reinante no auguraba nada bueno. En el cuaderno de guardia quedó asentado el número y tipo de armas que llevaron los suboficiales. Pero no ocurrió lo mismo con los oficiales, sobre todo los de mayor rango, quienes salieron de la dependencia diciendo "dame aquella", sin dejar registro alguno. Se trataba de una maniobra habitual entre los efectivos de La Bonaerense, cuyo propósito, en caso de abrir fuego, era precisamente desdibujar los rastros. Pero en esa ocasión, según el testimonio posterior de algunos policías, los suboficiales también fueron pertrechados con proyectiles de plomo. Cada uno llevaba cuatro o cinco cartuchos letales en su Itaka, mezclados con las postas de goma. Los aprestos fueron cuidadosamente supervisados por el comisario a cargo del operativo, un sujeto de cejas espesas, expresión de pájaro y estatura ruin. Pocos minutos antes del mediodía, una columna de piqueteros pertenecientes a la Coordinadora Aníbal Verón comenzó a avanzar por la avenida Pavón, a la altura de Carrefour. La policía, sorpresivamente, formó un cordón entre ellos, con el doble objetivo de cerrarles el paso y dividir la columna en dos. Pero, ante la proximidad de unos con otros, los uniformados se replegaron para repetir la acción unos cien metros más adelante, ya bajo el acceso al Puente Pueyrredón. Sólo que esta vez no se corrieron. En ese paso de ballet estaba la semilla de una cacería. Primero fueron trompadas, palazos y pedradas, bajo un hongo de gases lacrimógenos. Entonces sonó el primer disparo. Un muchacho se tomó el abdomen. Lograría hasta la estación de tren. Pero se estaba desangrando. Era Maximiliano Costeki. Entre tanto, el enjuto jefe del operativo, blandiendo una escopeta, se trenzaba a golpes con otro piquetero. Luego retrocedería, pero sin sacarle los ojos de encima. Resultaba curiosa su forma de trabajar; en vez de dirigir las acciones desde un móvil, con un mapa topográfico y un puñado de handies, había descendido al escalón táctico, y se hallaba en el epicentro del conflicto, como si en vez de comisario fuese un sargento más. El joven piquetero que lo había enfrentado enfiló también hacia la estación, siempre bajo su atenta mirada. Pocos minutos después, el cuerpo sangrante y moribundo de Darío Santillán era arrastrado por ese mismo policía desde el hall central hasta la calle; colaboraban con él otros tres uniformados. Adentro yacía el otro muerto. Con un destello de furia, el alto oficial se tocó el cuello, donde exhibía un pequeño corte. Durante el resto de la tarde saciaría un repentino impulso por exponerse ante las cámaras. Primero se floreó en la puerta del Hospital Fiorito, hasta que un puñetazo en el ojo izquierdo forzó su retirada. Más tarde, ya con el ojo emparchado, no se privó de dar una larga conferencia de prensa en un lugar seguro, para luego aparecer en otra, nada menos que con el gobernador Felipe Solá. Esas imágenes, irradiadas por un pequeño televisor, congelaron a la periodista Clara Britos, directora de la publicación regional La Tapa, que se edita en la localidad de San Vicente. En ese instante recordó una mañana del año 2000, cuando su casa fue violentada por unos 30 policías encapuchados que, tras golpear a su marido y destrozar todo lo que encontraban a su paso, la arrastraron de los pelos. La versión oficial atribuyó el episodio a un error cometido por los uniformados, al confundir la dirección de un allanamiento. Pero detrás del apriete subyacía un añejo enfrentamiento entre la mujer y las autoridades del municipio, encabezadas por el inefable Oscar Rodríguez. El jefe de aquel operativo policial era precisamente el hombre magullado que ahora aparecía en la pantalla. Se trataba del comisario Alfredo Franchiotti, quien había cumplido su primer destino profesional en la comisaría de San Vicente, donde permaneció hasta 1987, cuando fue ascendido a inspector. De su paso por la zona, los vecinos recuerdan que mató a balazos a un par de pibes, dejando los cadáveres desnudos Junto a un cartel publicitario de la inmobiliaria Vinelli. Allí también cultivó buenas migas con el actual subdirector de la SIDE y con su hermano, el comisario inspector Alfredo Rodríguez, ex jefe de la custodia personal de Eduardo Duhalde. No es casual, por lo tanto, que su siguiente destino haya sido Lomas de Zamora, cuando el intendente no era otro que Duhalde. Luego despuntaría su naturaleza operativa, transitando sucesivamente las brigadas de Berazategui, Quilmes, Lanús y Sustracción de Automotores, siguiendo en sus destinos al jefe que lo había puesto bajo su ala: Juan José Ribelli. El espíritu de cuerpo que lo unía a éste quedó plasmado en dos escuchas telefónicas, efectuadas poco antes de su detención por el atentado a la AMIA. En la primera, Ribelli le dice a Raúl Ibarra, otro de los policías procesados en esa causa: —Decile a Franchiotti que vaya corriendo a limpiar mi casa antes de que me la revienten. Y, más adelante, agrega: —Le pedí a Franchiotti que lo ubicara a Albarracín. Porque la idea es que nos presentemos detenidos todos. Franchiotti también prestó servicio durante una temporada en el Municipio de la Costa, donde solía ufanarse de ser "un policía de Yabrán", según sus propias palabras. Su legajo muestra un solo pedido de licencia por enfermedad, diez arrestos por faltas leves y 18 distinciones por actos de servicio. En 1989, la Cámara de Diputados le otorgó una condecoración en calidad de "Acto Meritorio", por haber participado en la recuperación del cuartel militar de La Tablada. Ya con jinetas de comisario, accedió a la jefatura del mando de Operaciones Policiales, con asiento en La Plata. Era un destino codiciado, ya que desde allí no sólo se diagraman los operativos de todo el Gran Buenos Aires, sino que es un sitio al cual suelen subir los sobres. Pero algo interrumpió su brillante carrera. En diciembre de 2001 fue transferido al Comando de Patrullas de Avellaneda. A todas luces, se trataba de un retroceso profesional, casi una degradación; como el de un gerente de empresa que, de pronto, pasa a la sección de maestranza. Con ese cargo, dando su versión de los hechos, interpretando el papel de víctima y martirizado por un desprendimiento de retina, durante la tarde del 26 de junio exhibió su figura en todos los canales y diarios del país. Aún no imaginaba que otras imágenes suyas serían su boleto a la cárcel.

PRIMERA PLANA

En las altas esferas del poder nadie imaginaba el desenlace de lo que acababa de suceder. Mientras por televisión se deslizaba la existencia de dos muertos que ahora estaban en la morgue del Hospital Fiorito, el ministro de Seguridad bonaerense, Luis Genoud, un ex diputado de estrechas vinculaciones con la corporación policial, negaba de plano aquella versión. —¡Es mentira! No hay muertos. Salí ya a desmentirlo —le llegó a decir a su par nacional, Juan José Álvarez, en una conversación telefónica mantenida poco después del mediodía. —Es tu territorio y tu operativo. Salí a desmentirlo vos —replicó Álvarez, tomando distancias del asunto. Como ex intendente de Hurlingham, "Juanjo" es conocedor de la provincia. En ese mismo instante, el ministro del Interior, Jorge Matzkin, hablaba por teléfono con el jefe de la Policía Federal, comisario Roberto Giacomino. —Hay dos muertos, señor. No lo dude —fue el tajante diagnóstico del uniformado. Exactamente a las cinco de la tarde, el ministro del Interior dio una conferencia de prensa, en la cual estuvieron vedadas las preguntas. Su gesto era adusto, casi amargo, y fue desgranando las palabras con una entonación que hacía recordar a los bandos de la dictadura militar. Reconoció los dos muertos, pero aseguró que se debían a "un enfrentamiento entre piqueteros". Y, sin anestesia, afirmó que el objetivo de éstos era "voltear al Gobierno". Por último, con tono amenazador, remató: —En Argentina se acabó la tolerancia para los violentos. Casi en paralelo, Alfredo Atanasof también echaba leña a la teoría de la conspiración, señalando ante otro grupo de periodistas que "todo era producto de un plan desestabilizador de alcance nacional". Ambos funcionarios seguían apoyándose en el informe de la SIDE. Al día siguiente, el Gobierno ya estaba enterado de que los diarios publicarían las fotografías de la matanza en sus próximas ediciones. Franchiotti y su gente habían acribillado a sus víctimas sin advertir la presencia de reporteros gráficos a su alrededor. Uno de ellos, Sergio Kowalewski, que colabora en el periódico de las Madres de Plaza de Mayo, obtuvo una secuencia minuciosa de aquella sombra aguileña con gorra y escopeta, que se abría paso entre la multitud disparando a quemarropa. A las siete de la tarde de aquel día, Luis Genoud trataba de comunicarse con el jefe de La Bonaerense, comisario Ricardo Degastaldi, que estaba en Mar del Plata disfrutando de un corto descanso. Pero antes de concretar el llamado, sonó su propio teléfono. —¿Qué novedades tiene, ministro? —preguntó la voz de otro lado del celular. —Nada nuevo, Presidente —respondió Genoud a Eduardo Duhalde. —Muy bien; hasta luego. —El tono era cortante. Segundos más tarde, le anunciaron a Solá que Duhalde estaba al teléfono. —Felipe —le advirtió el Presidente—, mirá mañana las fotos de los diarios. Parece que fue la policía. Tené cuidado. Las imágenes eran abrumadoras. Fueron las pruebas que llevaron tras las rejas a Franchiotti y su patota, integrada por el oficial principal Jesús Quevedo, el cabo primero Alejandro Acosta y el cabo Lorenzo Colman. También rodaría la cabeza del jefe departamental de Lomas de Zamora, comisario Osvaldo Vega, bajo cuyo mando jurisdiccional estaban las tropas que actuaron en la represión del Puente Pueyrredón. Igual suerte corrió su segundo, el comisario Mario Mijín, del cual, para colmo, en ese momento salía a la luz su pasado vinculado al terrorismo de Estado. El despliegue fotográfico no sólo mostró el episodio de la Estación Avellaneda, sino que además hubo infinidad de tomas de otros policías disparando plomo sobre los manifestantes y borrando premeditadamente las huellas de su accionar. Los canales emitían videos de jefes policiales vestidos como piqueteros, dirigiendo la represión. Entre ellos estaba el oficial Mario de la Fuente y, a pocos metros, el sargento Carlos Leiva. Ambos permanecen prófugos. Una visualización posterior del material televisivo permitió también identificar a un oficial de alto rango que recogía los cartuchos que Leiva disparaba. Se trataba del comisario Jorge Abel Echeverri, titular de la comisaría Lanús de Villa Obrera. Afloraría entonces la certeza de que la masacre fue obra de un plan orquestado desde las entrañas policiales, y no la acción aislada de una patrulla loca comandada por un comisario chiflado. Prueba viviente de aquello es casi una veintena de manifestantes heridos con proyectiles letales, disparados desde por lo menos cinco posiciones equidistantes entre sí. No menos significativo resultaría comprobar las llamadas telefónicas que hizo y recibió Franchiotti el 26 de junio en su celular, cuyo número es 4993-5702. El aparato sonó exactamente a las 17.30, a las 18.51 y a las 19.25, o sea, a pocas horas de la masacre, y llamaban desde el 4805-4422. Ese número corresponde a una casona ubicada en la calle Billinghurst 2461, del barrio de Palermo. Se trata nada menos que de la Base Billinghurst de la SIDE, donde se centralizan las tareas de infiltrar marchas de protesta e identificar a través de fotos o delaciones a los manifestantes. La dependencia está directamente a cargo del Señor 8, es decir, el ex intendente Oscar Rodríguez, nada menos que el antiguo mentor del policía homicida. Todo indicaría que Darío Santillán y Maximiliano Kosteki fueron marcados de antemano; más precisamente en una manifestación efectuada el 11 de junio frente a la Municipalidad de Guernica, uno de los feudos territoriales del actual subdirector de la SIDE. Varios participantes de aquella marcha coincidieron en que los dos piqueteros fueron entonces fotografiados por unos sujetos que permanecían agazapados sobre la terraza del municipio. La difusión periodística de lo que realmente había sucedido hizo que un secretario de Estado definiera el cuadro de situación con pocas palabras: "Nos salió todo para la mierda; hicimos todo mal. Compramos una operación y, por si fuera poco, operamos esa operación". En las antípodas, "Juanjo" Álvarez, tal vez poseído por un optimismo inexplicable, señalaba: "La política de seguridad no sólo no cambió sino que salió fortalecida; por eso me quedo". Lo cierto es que la carga radiactiva de La Bonaerense afectó al corazón del poder central. Los proyectiles que dejaron sin vida a Darío Santillán y a Maximiliano Kosteki también arrasaron con dos integrantes del gabinete duhaldista: el titular de la SIDE, Carlos Soria, y el ministro de Justicia, Jorge Vanossi. En el ámbito provincial, provocaron la caída del ministro Genoud y la del comisario Degastaldi, que había asumido el cargo apenas unos setenta días antes, en reemplazo del comisario Amadeo D'Angelo, alejado por un presunto pedido de coimas a prostíbulos. En medio de ese clima, el gobernador Solá dio un paso temerario al nombrar a Juan Pablo Cafiero como nuevo ministro de Seguridad. Desde entonces, los signos policiales adversos a su presencia han sido el combustible de una nueva pesadilla.

sábado, 25 de junio de 2016

Página 12: el diario que mezcló a Lanata, Sokolowicz, Gorriarán, Tiffenberg, Verbitsky, Nudler, Magnetto y ahora a Santa María

El diario Clarín con sus 70 años de existencia sigue siendo un misterio insondable para todos los argentinos, pero cabe reconocer, un fiel producto autóctono que nos pinta de cuerpo entero. Con nada más que casi 30 años en las calles no escapa a esa lógica su contrincante editorial, Página/12. Ambas publicaciones periodísticas mantuvieron siempre líneas políticas diferentes pero dirigidas a los mismos sectores medio-burgueses de la sociedad urbana. Otra cosa que las ha acercado ha sido el alto grado de promiscuidad en materia de prácticas generales y que en más de una oportunidad cruzó sus intereses particulares ... especialmente en el orden de los negocios... al fin y al cabo, "business is business" ¿o no?. Así como supimos de los vínculos de los cabecillas del matutino con el Movimiento Todos por la Patria (MTP) de Gorriarán Merlo y hasta con sectores de la ex SIDE en la época de Fernando de Santibañez también fue el propio Lanata quien confesó que P/12 era de su actual empleador, Héctor MagnettoNada sorprende entonces que ahora su lamentable coyuntura sea pertenecer al burócrata sindical, explotador de trabajadores de prensa, además de presidente del PJ porteño, Víctor Santa María, quien les está haciendo pasar las de Caín a sus nuevos empleados, como hizo siempre en su grupo mediático Octubre. En todo este entramado deambuló en algún tiempo otro periodista al que muchos catalogan de "buchón", de "servis" y otros epítetos más. Su nombre: Juan Salinas. Lo cierto, más allá de las acusaciones, es que mucho de lo que contó allá por noviembre de 2004 en un artículo titulado "El suicidio de Periodistas", un intento de asociación de hombres y mujeres dedicados a este oficio que promovía en un principio el desaparecido Oscar Cardoso, no está alejado de la realidad. Especialmente en lo que hace a la tragedia que le tocó vivir hasta su muerte al gran Julio Nudler, quien fue sentenciado por el inescrupuloso Martín Granovsky, el "Perro" Verbitsky, y el entonces jefe de gabinete de Néstor Kirchner, Alberto Fernández. Hoy un "transparente" dirigente massista, hasta que el viento sople para otro lado, por supuesto. Por eso después de estas hermosas postales, les subimos completo el texto del polémico Salinas, tan polémico como cada uno de los nombrados. 



El suicidio de "Periodistas" (Códigos), Por Juan Salinas 

Cuando se iba a conformar la Asociación PERIODISTAS, uno de los promotores más activos era Oscar Cardoso. Recuerdo que nos vimos en Télam (donde yo y su esposa trabajábamos y él publicaba columnas semanales) y que me propuso integrarla. Cardoso me habló de una asociación muy representativa, con un mínimo de cien miembros (lo que me resulta curioso ahora, habida cuenta de la reciente iniciativa de "Los 100", una nueva asociación de periodistas, cuyo nacimiento es contemporáneo con la agonía de PERIODISTAS). Después, a último momento y sorpresivamente, Cardoso desistió de formar parte de PERIODISTAS. Aunque nunca me dijo por qué, el rumor que me llegó fue que no estaba de acuerdo con que se restringiera la posibilidad de integrarla a un pequeño grupo de colegas, grupo que años después fue dejando de ser tan oligárquico y ampliándose. Se que en algún momento hubo inadvertidos que propusieron mi nombre. Y se quienes "me pusieron la bolilla negra". Pero, en cualquier caso, las sucesivas ampliaciones de PERIODISTAS fueron democratizando la asociación, fueron sumando, sobre todo en los últimos tiempos, más trabajadores en relación de dependencia (como María Moreno, Claudia Selser y Claudia Acuña) a la minoría que se entremezclaba con editores y con algunos editores que también son comisarios políticos de ese gran polo de poder que encabeza el contador Héctor Magnetto, tanto en Clarín como en sus satélites más o menos lejanos: Página/12 y La Nación. Aun así, y a pesar de haber entre sus miembros tantos colegas con los que es un placer conversar, el tono general de PERIODISTAS siempre fue para mi gusto demasiado propatronal. Y tal como le expresé personalmente a su coordinadora y directora general Mabel Moralejo, entiendo que PERIODISTAS se suicidó, o al menos inició su suicidio, cuando salió a defender a la dueña de Clarín en ocasión de ir ésta presa por haberse apropiado descaradamente (basta ver cuan truchas son las supuestas actas de adopción, donde se borra cualquier rastro de los progenitores y se hace nacer a los chicos con el apellido del finado Noble) de dos bebés que todo indica son hijos de detenidos-desaparecidos. ¿Qué tenía que ver eso con la tan meneada libertad de prensa? Al mismo tiempo, Verbitsky presidía y preside el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), un prestigioso organismo de defensa de los Derechos Humanos cuyos archivos permitieron perseguir a otros apropiadores de niños y que, para más inri -según me consta personalmente- sabe de la apropiación de ambos niños por Laura Ernestina Herrera de Noble al menos desde 1984 (sino desde el mismo momento que se produjo tal delito imprescriptible, ya que, como recordó Osvaldo Bayer, cuando Verbitsky trabajaba en Clarín pasaba muchas horas en el despacho de Octavio Frigerio... a cuyo padre, Rogelio, Verbitsky le atribuye ahora ambas "adopciones" a fin de librar de culpa y cargo a la viuda de Noble y a su canciller Magnetto). Que el presidente del CELS haya impulsado la defensa de una apropiadora de niños es algo así como que los heridos sean fusilados por la espalda por la Cruz Roja. Tras este sonado antecedente, poco puede extrañar este escandaloso final, en el que Verbitsky se sumó al coro de Luis Majul al recordarle a Lanata que una vez le pidió (es de suponer que como director de Página/12) que no publicara una nota que ponía en riesgo que le dieran un crédito para cuya concesión Lanata le había pedido ayuda a Fernando de Santibáñes, por entonces jefe de la SIDE (Majul dijo que fue Santibañes el quele dio a Lanata el dinero para poner su fallido portal data54, lo que deja entreabierta la posibilidad de que el dinero proviniera de los cuantiosos fondos reservados de la SIDE, es decir, del erario público), a lo que Lanata le contestó a Verbitsky con cajas destempladas reprochándole que en los inicios del diario le pidiera plata a Gorriarán, y que (se supone que tras el asalto al cuartel de La Tablada) lo terminara cagando (sic) a Gorriarán, así como que Verbitsky haya hecho campaña para Menem en 1989 y se haya callado voluntariamente la boca cuando se produjo "la venta (de Página/12) a Clarín" (sic). Como periodista sometido a una férrea y ya añeja censura y ninguneo por Página/12 (diario que sin embargo compré desde su primer número, y sospecho que seguiré comprando mientras salga. entre otros motivos para seguir leyendo las notas de Julio Nudler, aunque no lleven firma) podría escribir una enciclopedia con las felonías de Verbitsky y Tiffemberg. De Tiffemberg, como editor, recuerdo como una pesadilla las decenas de "observaciones" que nos hizo a Oscar Anzorena y a mi (que nos enzarzamos con él en durísima porfía) para "dulcificar" y hacer compatible con la Teoría de los dos demonios un cuadernillo con una breve historia de las organizaciones armadas del período 1969-1977. Curiosamente, tuve que ver con las circunstancias en que Verbitsky y Tiffemberg se conocieron (desde entonces, Verbitsky desprecia ostensiblemente a Tiffemberg, quien se ka pasa tragando bilis y negando aquella evidencia). Por entonces Lanatta y Tiffemberg eran un dúo tan inseparable como Laurel & Hardy. Yo los veía casi a diario en la redacción de El Porteño de la calle Sarmiento frente al Centro Cultural General San Martín, donde les hablaba maravillas del Perro, a quien admiraba. Cuando la redacción ya se había mudado a la calle Cangallo (que muy pronto pasó a ser Presidente Perón, a pesar de lo cual casi todas las chapas dicen "teniente general" que, se ve, sabía a más) me enteré de que el proyecto Eduardo Luis Duhalde y Verbitsky de sacar a la calle LA HOJA (una sola hoja tipo sábana con el análisis de las tres o cuatro noticias más importantes del dia) había capotado por el boicot de los distribuidores y se los comenté. Y entonces a Lanata y Tiffemberg me pidieron que les diera el teléfono de Verbitsky, y una vez que se los di y acordaron encontrase con él en su oficina, se dieron cuenta de que no tenía ni la más pálida idea de adónde quedaba esta, y me pidieron que los llevara hasta ella. Así fue que los lleve hasta la oficina de la calle Lavalle a la que solía ir a conversar con Horacio (ambos integrábamos la agrupación de periodistas Rodolfo Walsh, de la recién creada Utpba) y todavía recuerdo como Tiffemberg me despidió a la salida diciéndome: "Mejor, no subas con nosotros. Nos dijeron que El Perro es fóbico, que no le gusta hablar con más de dos personas. Después te contamos". Aquel fue el chispazo inicial de Página/12, diario del que me quedé afuera por no chuparles las medias y haberme opuesto a sus manejos discrecionales en El Porteño (Lanata y Tiffemberg me habían echado del comité de redacción pero tiempo después la asamblea de cooperativistas -en la que había colegas de la estatura profesional de Homero Alsina Thevenet, Osvaldo Soriano y Tomás Eloy Martínez- me repuso haciendo que desde entonces no puedan verme ni en figurita). Parece que fue Lanata quien consiguió que Gorriarán Merlo pusiese la plata (aclaro que yo, en su lugar, también la hubiera aceptado, y con entusiasmo: el MTP era una organización amplísima como demostró su periódico Entre Todos, dirigido por Carlos "Quito" Burgos, donde escribían Menem y Verbitsky. y donde yo, que era corresponsal del Mate Amargo -órgano del MLN Tupamaros- no escribía. porque me parecía insípida) aunque fue Verbitsky quien sacó mejor provecho del dinero emetepista. "La solidaridad con sus compañeros de trabajo tampoco es la impronta de Verbitsky: en 1995 se deshizo en horas extras para que Página/12 estuviera en la calle, oponiéndose a la huelga de personal contra ochenta despidos que, finalmente, ayudó a concretar. El bien ganado calificativo de ’carnero’ en este caso tenía una particular explicación: un día de 1986 llegó Pancho Provenzano y me dijo que habían arreglado para que Página/12 le pagara su sueldo en dólares, y que él (Pancho) dudaba de que fuera una resolución correcta. La cuestión es que el tiempo siguió su curso y la consecuencia del error no sólo se plasmó en su papelde rompe-huelgas, sino también en una ventaja que obtuvo y que no todo el mundo sabe: gracias a su previsión de exigir y lograr cobrar en dólares, pudo evitar los efectos de la hiperinflación de mediados del ’89: en determinado momento, sólo su sueldo representó el 10% del total de los salarios pagados por la empresa", narra Gorriarán Merlo en su reciente libro de memorias. No me consta que Verbitsky haya "cagado" a Gorriarán, como dice Lanata, pero si me consta que se ciscó en los acuerdos que hizo conmigo, amargándome la existencia. Porque Lanata y Tiffemberg jamás me dijeron de donde salió el dinero para montar Página/12 y yo lo ignoraba: creía a pie juntillas que provenía de las explotaciones maderas de Sockolowicz. Y así fue que cuando se produjo el asalto al cuartel de La Tablada, me llamo profundamente la atención la borratina total de Página, que se mostraba renuente a hacer el menor comentario. Muy impactado (había hecho la colimba en ese cuartel, y desde que saltaron mis antecedentes estaba inerme a merced de los oficiales que estaban conformado el capítulo castrense de la Triple A. por lo que me hice el loco y pase dos meses cantando la cantata de los puentes amarillos de Spinetta entre la enfermería y el calabozo, hasta que me dieron la baja) decidí escribir un libro junto a Julio Villalonga, y eso -como me enteraría mucho después- produjo terror en la dirección de Página/12. Sus directivos, que tras el ataque al cuartel de La Tablada censuraban automáticamente cualquier referencia al MTP y que omitieron incluso respaldar la denuncia de que se habían producido desapariciones a pesar de haber sido filmada por la televisión española la rendición de dos desaparecidos, entraron en pánico porque hicieron dos suposiciones seguidas: una, que Villalonga y yo sabíamos o pronto averiguaríamos que el verdadero propietario del diario era Gorriarán y dos, que de enterarnos, la publicaríamos. No era así para nada. "Nunca tuvimos el prurito de engrosar la animosa cohorte de los policías", parafraseamos a Giles Perrault en un acápite del libro a modo de chiste secreto. Los gerentes del diario, junto a Verbitsky, Tiffemberg y éstos secundados por adulones, trepadores y pánfilos que ni siquiera nos conocían, se dedicaron durante meses y meses a decir en todos lados que Villalonga y yo éramos de los servicios (general mente recordaban que el padre agrimensor de Julio había sido previamente oficial de la Armada para sugerir nuestra pertenencia al SIN) Cuando lo supimos fehacientemente, encaré a Verbitsky, que negó sin mover un músculo lo que había a los gritos una joven periodista de su círculo aúlico: "¡El Perro me dijo que vos sos de los servicios!" . Entonces, y contra la opinión de Villalonga, que me advirtió que no podía fiarme de él, me reuní con Verbitsky y le propuse un trato: no publicaríamos en nuestro libro nada que perjudicase o siquiera molestara a Página, a cambio de que el libro fuese reseñado y no ninguneado. "Que tenga un trato justo, como cualquier otro libro", le dije. Y él aceptó el trato. Me pidió que introdujera ocho modificaciones, en rigor, ocho cortes: que no pusiera que uno de los detenidos era cablero del diario; que no recordara que él había tratado al padre Puigjané de "lumpen sacerdote"; etc. Hice los cortes, peri el no cumplió con su parte. Y no se trata sólo de que Verbitsky se ciscó en lo acordado y "Gorriaran, La Tablada y ’las guerras de inteligencia’..." fue ninguneado y su aparición silenciada por orden de la dirección de Página. Se de que yo mismo fui proscripto, puesto que lo mismo sucedió y siguió sucediendo con mis libros posteriores: "AMIA. El Atentado. Quienes son los autores y por qué no están presos" y "Ultramar sur. La última operación secreta del Tercer Reich". En el caso de "AMIA...", producto de una investigación de tres años financiada por la propia mutual hebrea agredida, la dirección de Página le impidió a Tomás Eloy Martínez, director del suplemeto "Primer Plano" y a quien era entonces su segunda y es hoy su esposa, Gabriela Esquivada (a quienes pongo por testigos), publicar una reseña en el suplemento "Primer Plano". Y en el caso del segundo, un periodista infatuado y necio del suplemento "Radar" se refirió despectivamente a "Ultramar..." sin siquiera mencionar su título. aunque si a mi y Carlos De Nápoli (nos comparó con Fabio Zerpa, y a los submarinos alemanes que demostramos que vinieron después de la guerra, con improbables ovnis) pero, a pesar de mi insistencia, Martín Granovsky nos negó el derecho a réplica. Con estos antecedentes, no me extraña que se haya llegado a la situación actual. La extensa, asqueante nota en la que Tiffemberg difamó a Nudler, mintiendo sin pudor, expresa bien su catadura moral. La de Horacio Verbitsky se muestra, diáfana, en su columna de hoy. En ella, tras publicar la nota de Nudler con tres semanas de tardanza, seguidamente la refuta haciendo gala abiertamente de su calidad de abogado y portavoz del ministro Alberto Fernández y de su antiguo segundo en la Superintendencia de Seguros y actual superintendente general de la Nacion, Claudio Moroni, a quienes Nudler acusó de delinquir en sociedad con las aseguradores y en perjuicio de los pobres pasajeros del transporte público. Me enteré del contenido de la nota por el e-mail que me mandó un joven colega vinculado a un importante medio de los Estados Unidos. "¿Verbitsky investigó las afirmaciones de Nudler? ¿O se dedicó a refutarlas citando excesivamente a los funcionarios involucrados? Si es así, lo que hace no es ni siquiera propaganda, es una defensa cerrada, una alabanza del Gobierno. que además se hace a tres semanas de la censura a Nudler, cuando evidentemente tuvieron bastante tiempo para pensar qué decir, porque igualmente (Roberto) Guzmán está muerto...Da pena. Pero además hay un componente de vileza, cuando al comienzo habla de la enfermedad de Nudler. Fui a la nota. Dice Verbitsky que Nudler no fue censurado sino que, enfermo de cáncer de pulmón y con metástasis en los huesos "decidió incurrir en una locura hamletiana y romper los códigos" en "un conmovedor grito de desesperación y despedida, que merece el mayor respeto". Es decir, lo ningunea ya de movida, dándolo por prácticamente muerto. En mi barrio, a eso se le decía ser hijo de puta. Claro que Verbitsky también deja claro, tras batirse en defensa del padrino (cuando menos, del diario) Fernández e incluso de Moroni ("Miembros del Club de Cultura Socialista recibieron el testimonio de un abogado de seguros. ’Conozco como vive Moroni y sus medios de fortuna. Estoy seguro de que no es corrupto’", llegó a escribir luego de exigirle precisiones a Nudler y calificar su nota como "de escaso sustento"). En síntesis: Verbitsky le da la palabra al ministro Fernández que asegura que lejos de haber acordado pagar deudas inexistentes del Instituto Nacional de Reaseguros (INDeR) a las compañías aseguradoras por centenares de millones de dólares, tal como asegura Nudler "fui yo (.) quien redujo las obligaciones del Estado en 500 millones de pesos". ¿Habrá que darle una medalla?. "Nunca supe si la contradictoria senda de Verbitsky proviene de una personalidad aviesa o de una intención politica premeditada", dice, parece que todavía perplejo, Gorriarán Merlo (quien sin embargo adelanta que a su juicio HV "aparenta lo que no es"). Lo que queda claro es que hay dos planos. En uno, el de la ética, entre Nudler y Tiffemberg, y Verbitsky, hay una distancia enorme. Y cada cual sabrá de qué lado se pone (por lo pronto, hacen bien quienes exigen garantías de que Claudia Selser y otros miembros de PERIODISTAS críticos de sus próceres no sufran represalias en sus lugares de trabajo). En otro plano, el malvado Verbitsky es un cuadro político que está muy por encima de la mayoría de sus detractores. Digo, de los exangües defensores de una "libertad de prensa" que jamás ha existido. Conclusión provisoria: ¡Qué difícil se ha vuelto ser buena persona, ejercer el periodismo y seguir apoyando la causa de la patria y del pueblo!

viernes, 24 de junio de 2016

El Herald, nido de service de inteligencia, justifica con tapas su presencia en marchas de trabajadores de prensa

Aunque este sea un comentario que se hace siempre entre quienes nos dedicamos a esto y nunca públicamente, hay pruebas suficiente para saber que el Buenos Aires Herald es desde hace décadas un nido de lo que en el argot periodístico llamamos "servis". Desde que los trabajadores de medios de la comunicación empezaron a organizarse y a consolidarse en el Plenario de Delegados Autoconvocados de Prensa Escrita Radial y Televisiva, lo que fue el germen del flamante Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), hubo varias alertas por la presencia de "cronistas" de esta publicación que nació en 1876 pero pasó por todos los estadíos posibles para convertirse en lo que es hoy. Cien años después, el único diario en habla británica publicado en Argentina brindó su total respaldo, al igual que otros tantos medios, al Golpe de Estado pergeñado por los poderes económicos que hoy están instalados en persona en Balcarce 50 y sus verdugos encabezados por Videla, Massera y Agosti. Para el año '78, y siendo su único propietario el Evening Post Publishing Company, cuando ya el trabajo sucio de desaparecer y eliminar a los enemigos de las clases privilegiadas del país estaba hecho, hábilmente el Herald se transforma con el británico Robert Cox a la cabeza en la avanzada mediática que empieza a soltar la mano a los serviles milícos vernáculos. Así empezaron a publicarse las primeras denuncias sobre la violación a los derechos humanos. De esa manera, él y algunos de sus colegas como Graham-Yool y James Neilson pasaron a ser supuestos "perseguidos" del videlomasserismo, que extrañamente siguió tirando gente en el Río de La Plata hasta el '82, pero a ellos nunca les tocó ni un sólo pelo. Eso le dio otra impronta al matutino, que con la vuelta de los juicios a los ejecutores del genocidio, nunca a sus autores intelectuales, permitió ver a Cox en 678 aunque manteniendo sus posturas originalmente antipopulistas. Del 2011 al 2016 otro giro del "heraldismo" llevó al viejo y volátil Robert a aparecer en el fallido canal del terrorista mediático (hoy empleado de Julio de Vido, Daniel Hadadafirmando que Hebe de Bonafini no representa a los DD.HH., como si él fuera Ghandi... de no creer!!!. Esa es la impronta conservadora y mal oliente ligada a los servicios secretos que se termina de confirmar cuando en diciembre de 2007 la publicación cae directamente manos de uno de los máximos operadores de la ex SIDE, ex SI y actual AFI, Sergio Bartolomé Szpolski, viejo amigo, socio y cómplice del titular de Infobosta, quien al año siguiente lo deja en manos de otro de sus colegas, Orlando Vignatti. Oh casualidad, de ese cóctel terrorífico deriva la opereta siniestra para hacer público el asesinato del ex fiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman, la noche del 18 de enero de 2015. Tarea llevada adelante por el agente disfrazado de periodista Damián Patcher, hoy autoexiliado en Israel porque mintió desde el vamos sobre quién había sido la garganta profunda que le pasó semejante data... 
De esto obviamente nadie dice ni dirá absolutamente nada. Tenemos otros nombres de personajes que van a movilizaciones de nuestro gremio para tomar nombres, sacar fotos, filmar y pasar data a sus superiores. El actual director de la publicación de habla inglesa, Sebastián Lacunza, sabe muy de que hablamos, pero no tiene ningún tupé en escribir una nota como ésta donde las juega de inocente y da un máster sobre como hacerce el boludo. Lo que no tiene en cuenta es que no hace falta ser muy ducho para atar cabos y entender que el diario nunca salió de la órbita de los "Bond" argentos, especialmente cuando en un malabar sin demasiados pruritos "vuelve" a caer junto a Ambito y para la tribuna, en manos del socio de Szpolski en el vaciado CN23, Cristóbal López. Por eso, y para blanquear sus trabajos sucios, frente a la primera y más importante movilización en Capital Federal (pero con alcance nacional) por parte de quienes somos trabajadores de prensa, fue la única edición en papel que publicó en tapa el histórico 8J mientras nosotros tratábamos (y seguimos tratando) de recuperar y resguardar este sitio que es justamente víctima de todas estas bandas oscuras y delincuenciales, que ojo!!... siguen operando entre nosotros...

jueves, 23 de junio de 2016

miércoles, 22 de junio de 2016

Andrés Ibarra, una de las caras que no debemos olvidar de esta administración patronal que nos está dejando en la calle

Este tipo que dirige una cartera con nombre digno de una novela de George Orwell, Ministerio de Modernización, como no podía ser de otra manera fue CEO de diversas empresas del Grupo Macri, Se desempeñó como ejecutivo del actual Gerente de la Nación y de su papá Franco. Llegó al holding que se volvió poderoso gracias a la Patria Contratista que montó por la fuerza el poder financiero (interno y externo) a través de sus verdugos de la dictadura cívico-militar-clerical que encabezaron los genocidas Videla, Massera y Agosti. A los 22 años, allá por los '80, Ibarrita obtuvo la Beca Socma para estudiantes avanzados en economía. Analizó proyectos para la logia macrista y pronto fue ascendido para encabezar el control de gestión de la constructora Sideco S.A., En los menemistas años '90 se transformó en director financiero y comercial en el consorcio Autopistas del Sol, donde nos endeudó por 380 millones de dólares para la construcción de la Autopista Acceso Norte y la ampliación de la ruta Panamericana, donde aún violando la Constitución, que protege el derecho a la libre circulación por todo el territorio nacional, se siguen cobrando peajes delirantes. Más tarde, no pudo evitar ser uno de los soldados de Francisco y Mauricio para ocupar el cargo de director comercial y de marketing del Correo Argentino y así vaciarlo y destrozarlo. En 2004 fue designado gerente general de la comisión directiva de Boca Juniors para formarse como "dirigente político" (jarajajay!!!). Ya con su jefe como intendente de la Ciudad de Buenos Aires y luego como titular del Ejecutivo nacional, el hombre potenció su plan de "modernización" del Estado, que bajo la excusa de echar ñoquis, dejó en menos de 6 meses a más de 80 mil trabajadores en la calle. Sólo reconoció 11 mil... claro olvidó que la inflación era del 40 por ciento!. Pese a esa supuesta impronta antiacomodados logró en cuestión de días que su esposa fuera nombrada directora en la TV Pública. Así y todo Andrés, sin que se le moviera un pelo, hizo declaraciones públicas criticando la tradición política criolla de meter familiares cuando se accede a puestos oficiales. Carla Piccolomini, fue designada en un cargo del cual no tiene la más mínima idea de que se trata, por el "pluralista" Hernán Lombardi, es Directora de Relaciones Institucionales de Radio y Televisión Argentina (RTA), la sociedad estatal que maneja la TV Pública Argentina y Radio Nacional. Ibarra primero la había intentado ubicar en la ANSES pero a la mujer no le gustó el "laburito" y pidió algo más snob, Ibarrita le dio el gusto y la defendió en Intratables sin vergüenza alguna, aunque tartamudeando un poquito... al fin y al cabo nadie es de fierro no?. Además de rajar empleados a mansalva sin importar años de antigüedad ni nada, el "modernizador" fue el autor de uno de los decretos que mantiene congelados nombramientos en todos los ministerios, algo que hasta generó conflictos con los aliados radicales de Cambiemos, sobre todo en la cartera de Defensa. Los miles de despidos que provocó este muchacho motivaron el primer paro que sufrió el macrinato y que fue organizado por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). El mismo superó en el microcentro a las 50 mil personas y desactivó el represivo protocolo anti piquetes que venía predicando la titular de Seguridad, Patricia Bullrich (El famoso "les damos 5 minutos para que se vayan y sino los sacamos). No olviden su nombre y menos su cara, sobre él recae el drama de miles de familias destruidas por lo que está haciendo junto a su pandilla de patrones. Cuando los pseudojueces federales de La Nación (del diario), vuelvan a pasar de bando a la hora de condenar, tal vez le toque visitar Comodoro Py con muchos de sus cómplices de arriba, de abajo y del costado.

martes, 21 de junio de 2016

CFK unió a dos enemigos contra ella que son parecidos pero muy diferentes, Magnetto y Hadad

Usamos las capturas que elegimos y subimos en este texto sólo para demostrar en que hace foco cada coto mediático a la hora de operar contra un enemigo común, al que aclaramos no tenemos el más mínimo interés en defender, y cuales son los diversos objetivos que cada uno tiene en la mira. Esos objetivos son cambiantes siempre, pero claro, Clarín, que "es un monstruo grande y pisa fuerte toda la pobre inocencia de la gente", sabe cosas que otros advenedizos no saben o no ven. En esa línea es que el septuagenario Oligopolio entiende muy bien que debe apoyar al CEO presidente Mauricio Macri en esta insólita y forzada gesta anticorrupción K (en la que el propio mandatario corre peligro de caer de sus cornisas a cada momento) hasta donde le sea beneficioso para asegurar la muerte del Cristinismo, pero jamás cruzar el límite de enfrentar cuerpo a cuerpo al líder de un poder que lleva 2016 años sobre la Tierra. Por algo el resultado de que Magnetto y Hadad negociaran en un principio con los sureños que llegaron a la Rosada de la mano del Duhaldeclarinismo dio como resultado 12 años después, que el primero fortaleciera su holding como nunca antes, y el segundo perdiera el suyo a cambio de unos buenos verdes y nada más. El posteo anterior les servirá para entender mejor los errores que el Magnate de Floresta repite sistemáticamente a pesar de su fama de malo que sabe hacer negocios con los poderes más oscuros. Si fuera así hoy no tendría que estar siendo empleado de Julio De Vido mientras que Don Héctor sólo mueve sus caballerizas judiciales hasta Jaime, Báez y Lopecito, salteando estratégicamente al ex ministro de planificación federal para apuntar a directamente a "La ex Jefa", y guay!... no por dependencia!, sino para no tirar fuego amigo a su todavía protegido en Olivos. El televisivo allanamiento de la casa del tirador de valijas de Luján es para TN y su réplica escrita un circo que le permite seguir bombardeando a quienes osaron retarlo a duelo y no se atrevieron a apretar el gatillo cuando tenían casi todo a favor, poco le importa a Clarín la cercanía de esa bandita diezmada al Monarca Vaticano. Obviamente al Multimedio le preocupa un poco que en esta coyuntura todavía atada con alambres, que el Hijo de la Patria Contratista siga creyendo el planteo de Durán Barba de que el Papa no tiene votos ni divisiones armadas para atacarlo, pero claro, a la larga o a la corta esos yerros lo pueden beneficiar como con cada presidencia. Por el contrario, al impulsivo, rencoroso y vengativo benefactor de la Embajada de EE.UU., que lo ve como un voluntarioso "boy", sus atribuladas contradicciones sobre sus propios orígenes sociales, raciales, religiosos y de nacionalidad lo jaquean permanentemente. Los pocos alfiles que le quedan hoy en radio El Mundo (y algunos nuevos proyectos que rondan por ahí y ya les contaremos), como esa insignificante asociación con The Washington "Bost" , no le sirven para salir del dolor de ya no ser. La soberbia esquizofrénica que lo caracteriza, y a veces lo hunde en depresiones que no logra calmar con nada de nada, lo enceguecen al punto tal de mandar a escribir una "nota" apuntando al ex cardenal que nos hace el favor de forzarlo a continuar cometiendo errores que tarde o temprano lo van a borrar para siempre del candelero.  

lunes, 20 de junio de 2016

Seguimos desempolvando la trama SIDE-AFI del empleado del mes de De Vido, Daniel Hadad

"Si hay algo que Daniel no se banca es que lo vinculen con espías y encima lo repliquen en las redes, porque ese es su punto débil, pero el resto le chupa un huevo!". Esa frase salió de los labios de un ex periodista que cumplió funciones para una de las empresas que administró el Magnate de Floresta cuando un trabajador tiró como idea en una asamblea exponerlo como el explotador y despedidor serial que fue, es y será en Internet. Claro, a estas alturas si hay algo que sabe el veterano Terrorista Mediático es que esa fama que le han hecho (no sin razones) lo beneficia a la hora de atraer accionistas para conformar, posicionar y después vender "sus" medios. Quienes le ponen billetes saben muy bien que el tipo jamás va a regalar una moneda a la "negrada" que pone a operar para él y esos oscuros intereses que representa según quien pague más. El creador de Infobosta y su "ex" socio, o mejor dicho cómplice, Sergio Szpolski, movieron cielo y tierra, junto a otros pares suyos, para que la red del pajarito suspendiera nuestro viejo twitter y para que el propio Blogger bajara varios posteos que los perjudican, y sólo por una razón... ser ciertos!. Nosotros, a pesar de que nos siguen generando bloqueos, los rescatamos y los volvimos a subir por enésima vez ( y la vamos a seguir chicos eh!... no se gasten!!!) así todos los ciudadanos siguen teniendo derecho a obtener información veraz (de hecho acá los tienen). La mayoría tienen que ver con la compra mediante testaferros que Julio De Vido y sus hijos hicieron de radio El Mundo para lavar allí millones de pesos que para suerte de ellos (por ahora) no arrojaron en conventos del lejano oeste. La banda eligió para administrar el business a su viejo amigo, Daniel Maldad, experto de alta prosapia en estos menesteres. Miren que tonto que es el hombre cercano a la Embajada de EE.UU., que diseñó una ingeniería que ni Macri, ni los propios "De Vidos boys" supieron aplicar para no estar en el foco de la atención pública con el episodio "Lopecito" (lean atentamente esto). Todo absolutamente operado desde un sector de las Logias Bond. El garante de la impunidad de los muchachos son los servicios neomacristas y el hermano de la vida del CEOpresidente, Nicolás "Nicky" Caputo (peguen una ojeada acá). De esta manera y "para variar", Maldad llevó a sus dos máximos espadachines para el curro y las operetas: Fabián Doman y Eduardo Feinmann, entre otros tipos que juegan siempre para quien (o en contra) de quien mande el Jefe; un día puede ser Menem, otro Kirchner, otro CFK, otro Scioli, otro Massa, otro Macri, otro Magnetto, otro Cristóbal López, y llegado el caso, porqué no?... el propio "Don" Julio, defensa que ahora ejecuta como nadie y a rajatabla el ya "legendario" antiporrero "Edu", quien siguiendo la línea devidista le tira todos los muertos a Cristina y a su marido, el ex presidente fallecido. Todo para preservar al bigote más conocido del sur y de Barrio Norte. Como verán, en el mundo de los "negocios" no hay lealtades que valgan!!!. La troupe hilarante que el otro "Hermano Daniel" llevó a la emisora que cumplió este año 80 años, es una máquina infernal de hacer cagadas. El rechazo que generan todos ellos entre quienes trabajan en la radio está levantando un polvorín de tal magnitud en la zona de Palermo que en las próximas semanas (o días) va a dar que hablar!. Por ahora, no nos dejan decir más nada!

domingo, 19 de junio de 2016

Eduardo Galeano y los derechos de los trabajadores despedazados por las "crisis"


Un domingo para meditar junto al periodista, escritor, periodista y pensador uruguayo que nunca se fue.

Este mosaico ha sido armado con unos pocos textos míos, publicados en libros y revistas en los últimos años. Sin querer queriendo, yendo y viniendo entre el pasado y el presente y entre temas diversos, todos los textos se refieren, de alguna manera, directa o indirectamente, a los derechos de los trabajadores, derechos despedazados por el huracán de la crisis: esta crisis feroz, que castiga el trabajo y recompensa la especulación y está arrojando al tacho de la basura más de dos siglos de conquistas obreras.

La tarántula universal

Ocurrió en Chicago, en 1886. El 1º de mayo, cuando la huelga obrera paralizó Chicago y otras ciudades, el diario Philadelphia Tribune diagnosticó: El elemento laboral ha sido picado por una especie de tarántula universal, y se ha vuelto loco de remate. Locos de remate estaban los obreros que luchaban por la jornada de trabajo de ocho horas y por el derecho a la organización sindical. Al año siguiente, cuatro dirigentes obreros, acusados de asesinato, fueron sentenciados sin pruebas en un juicio mamarracho. Georg Engel, Adolf Fischer, Albert Parsons y Auguste Spies marcharon a la horca. El quinto condenado, Louis Linng, se había volado la cabeza en su celda. Cada 1º de mayo, el mundo entero los recuerda. Con el paso del tiempo, las convenciones internacionales, las constituciones y las leyes les han dado la razón. Sin embargo, las empresas más exitosas siguen sin enterarse. Prohíben los sindicatos obreros y miden la jornada de trabajo con aquellos relojes derretidos que pintó Salvador Dalí.

Una enfermedad llamada trabajo

En 1714 murió Bernardino Ramazzini. El era un médico raro, que empezaba preguntando: –¿En qué trabaja usted? A nadie se le había ocurrido que eso podía tener alguna importancia. Su experiencia le permitió escribir el primer tratado de medicina del trabajo, donde describió, una por una, las enfermedades frecuentes en más de cincuenta oficios. Y comprobó que había pocas esperanzas de curación para los obreros que comían hambre, sin sol y sin descanso, en talleres cerrados, irrespirables y mugrientos. Mientras Ramazzini moría en Padua, en Londres nacía Percivall Pott. Siguiendo las huellas del maestro italiano, este médico inglés investigó la vida y la muerte de los obreros pobres. Entre otros hallazgos, Pott descubrió por qué era tan breve la vida de los niños deshollinadores. Los niños se deslizaban, desnudos, por las chimeneas, de casa en casa, y en su difícil tarea de limpieza respiraban mucho hollín. El hollín era su verdugo.

Desechables

Más de noventa millones de clientes acuden, cada semana, a las tiendas Wal-Mart. Sus más de novecientos mil empleados tienen prohibida la afiliación a cualquier sindicato. Cuando a alguno se le ocurre la idea, pasa a ser un desempleado más. La exitosa empresa niega sin disimulo uno de los derechos humanos proclamados por las Naciones Unidas: la libertad de asociación. El fundador de Wal-Mart, Sam Walton, recibió en 1992, la Medalla de la Libertad, una de las más altas condecoraciones de los Estados Unidos. Uno de cada cuatro adultos norteamericanos, y nueve de cada diez niños, engullen en McDonald’s la comida plástica que los engorda. Los trabajadores de McDonald’s son tan desechables como la comida que sirven: los pica la misma máquina. Tampoco ellos tienen el derecho de sindicalizarse. En Malasia, donde los sindicatos obreros todavía existen y actúan, las empresas Intel, Motorola, Texas Instruments y Hewlett Packard lograron evitar esa molestia. El gobierno de Malasia declaró union free, libre de sindicatos, el sector electrónico. Tampoco tenían ninguna posibilidad de agremiarse las ciento noventa obreras que murieron quemadas en Tailandia, en 1993, en el galpón trancado por fuera donde fabricaban los muñecos de Sesame Street, Bart Simpson y Los Muppets. En sus campañas electorales del año 2000, los candidatos Bush y Gore coincidieron en la necesidad de seguir imponiendo en el mundo el modelo norteamericano de relaciones laborales. “Nuestro estilo de trabajo”, como ambos lo llamaron, es el que está marcando el paso de la globalización que avanza con botas de siete leguas y entra hasta en los más remotos rincones del planeta. La tecnología, que ha abolido las distancias, permite ahora que un obrero de Nike en Indonesia tenga que trabajar cien mil años para ganar lo que gana en un año un ejecutivo de Nike en los Estados Unidos. Es la continuación de la época colonial, en una escala jamás conocida. Los pobres del mundo siguen cumpliendo su función tradicional: proporcionan brazos baratos y productos baratos, aunque ahora produzcan muñecos, zapatos deportivos, computadoras o instrumentos de alta tecnología además de producir, como antes, caucho, arroz, café, azúcar y otras cosas malditas por el mercado mundial. Desde 1919, se han firmado 183 convenios internacionales que regulan las relaciones de trabajo en el mundo. Según la Organización Internacional del Trabajo, de esos 183 acuerdos, Francia ratificó 115, Noruega 106, Alemania 76 y los Estados Unidos... catorce. El país que encabeza el proceso de globalización sólo obedece sus propias órdenes. Así garantiza suficiente impunidad a sus grandes corporaciones, lanzadas a la cacería de mano de obra barata y a la conquista de territorios que las industrias sucias pueden contaminar a su antojo. Paradójicamente, este país que no reconoce más ley que la ley del trabajo fuera de la ley es el que ahora dice que no habrá más remedio que incluir “cláusulas sociales” y de “protección ambiental” en los acuerdos de libre comercio. ¿Qué sería de la realidad sin la publicidad que la enmascara? Esas cláusulas son meros impuestos que el vicio paga a la virtud con cargo al rubro relaciones públicas, pero la sola mención de los derechos obreros pone los pelos de punta a los más fervorosos abogados del salario de hambre, el horario de goma y el despido libre. Desde que Ernesto Zedillo dejó la presidencia de México, pasó a integrar los directorios de la Union Pacific Corporation y del consorcio Procter & Gamble, que opera en 140 países. Además, encabeza una comisión de las Naciones Unidas y difunde sus pensamientos en la revista Forbes: en idioma tecnocratés, se indigna contra “la imposición de estándares laborales homogéneos en los nuevos acuerdos comerciales”. Traducido, eso significa: olvidemos de una buena vez toda la legislación internacional que todavía protege a los trabajadores. El presidente jubilado cobra por predicar la esclavitud. Pero el principal director ejecutivo de General Electric lo dice más claro: “Para competir, hay que exprimir los limones”. Y no es necesario aclarar que él no trabaja de limón en el reality show del mundo de nuestro tiempo. Ante las denuncias y las protestas, las empresas se lavan las manos: yo no fui. En la industria posmoderna, el trabajo ya no está concentrado. Así es en todas partes, y no sólo en la actividad privada. Los contratistas fabrican las tres cuartas partes de los autos de Toyota. De cada cinco obreros de Volkswagen en Brasil, sólo uno es empleado de la empresa. De los 81 obreros de Petrobras muertos en accidentes de trabajo a fines del siglo XX, 66 estaban al servicio de contratistas que no cumplen las normas de seguridad. A través de trescientas empresas contratistas, China produce la mitad de todas las muñecas Barbie para las niñas del mundo. En China sí hay sindicatos, pero obedecen a un estado que en nombre del socialismo se ocupa de la disciplina de la mano de obra: “Nosotros combatimos la agitación obrera y la inestabilidad social, para asegurar un clima favorable a los inversores”, explicó Bo Xilai, alto dirigente del Partido Comunista chino. El poder económico está más monopolizado que nunca, pero los países y las personas compiten en lo que pueden: a ver quién ofrece más a cambio de menos, a ver quién trabaja el doble a cambio de la mitad. A la vera del camino están quedando los restos de las conquistas arrancadas por tantos años de dolor y de lucha. Las plantas maquiladoras de México, Centroamérica y el Caribe, que por algo se llaman “sweat shops”, talleres del sudor, crecen a un ritmo mucho más acelerado que la industria en su conjunto. Ocho de cada diez nuevos empleos en la Argentina están “en negro”, sin ninguna protección legal. Nueve de cada diez nuevos empleos en toda América latina corresponden al “sector informal”, un eufemismo para decir que los trabajadores están librados a la buena de Dios. La estabilidad laboral y los demás derechos de los trabajadores, ¿serán de aquí a poco un tema para arqueólogos? ¿No más que recuerdos de una especie extinguida? En el mundo al revés, la libertad oprime: la libertad del dinero exige trabajadores presos de la cárcel del miedo, que es la más cárcel de todas las cárceles. El dios del mercado amenaza y castiga; y bien lo sabe cualquier trabajador, en cualquier lugar. El miedo al desempleo, que sirve a los empleadores para reducir sus costos de mano de obra y multiplicar la productividad, es, hoy por hoy, la fuente de angustia más universal. ¿Quién está a salvo del pánico de ser arrojado a las largas colas de los que buscan trabajo? ¿Quién no teme convertirse en un “obstáculo interno”, para decirlo con las palabras del presidente de la Coca-Cola, que explicó el despido de miles de trabajadores diciendo que “hemos eliminado los obstáculos internos”? Y en tren de preguntas, la última: ante la globalización del dinero, que divide al mundo en domadores y domados, ¿se podrá internacionalizar la lucha por la dignidad del trabajo? Menudo desafío.

Un raro acto de cordura

En 1998, Francia dictó la ley que redujo a treinta y cinco horas semanales el horario de trabajo. Trabajar menos, vivir más: Tomás Moro lo había soñado, en su Utopía, pero hubo que esperar cinco siglos para que por fin una nación se atreviera a cometer semejante acto de sentido común. Al fin y al cabo, ¿para qué sirven las máquinas, si no es para reducir el tiempo de trabajo y ampliar nuestros espacios de libertad? ¿Por qué el progreso tecnológico tiene que regalarnos desempleo y angustia? Por una vez, al menos, hubo un país que se atrevió a desafiar tanta sinrazón. Pero poco duró la cordura. La ley de las treinta y cinco horas murió a los diez años.

Este inseguro mundo

Hoy, abril 28, Día de la Seguridad en el Trabajo, vale la pena advertir que no hay nada más inseguro que el trabajo. Cada vez son más y más los trabajadores que despiertan, cada día, preguntando: –¿Cuántos sobraremos? ¿Quién me comprará? Muchos pierden el trabajo y muchos pierden, trabajando, la vida: cada quince segundos muere un obrero, asesinado por eso que llaman accidentes de trabajo. La inseguridad pública es el tema preferido de los políticos que desatan la histeria colectiva para ganar elecciones. Peligro, peligro, proclaman: en cada esquina acecha un ladrón, un violador, un asesino. Pero esos políticos jamás denuncian que trabajar es peligroso, y es peligroso cruzar la calle, porque cada veinticinco segundos muere un peatón, asesinado por eso que llaman accidente de tránsito; y es peligroso comer, porque quien está a salvo del hambre puede sucumbir envenenado por la comida química; y es peligroso respirar, porque en las ciudades el aire puro es, como el silencio, un artículo de lujo; y también es peligroso nacer, porque cada tres segundos muere un niño que no ha llegado vivo a los cinco años de edad.

Historia de Maruja

Hoy, 30 de marzo, Día del Servicio Doméstico, no viene mal contar la breve historia de una trabajadora de uno de los oficios más ninguneados del mundo. Maruja no tenía edad. De sus años de antes, nada decía. De sus años de después, nada esperaba. No era linda, ni fea, ni más o menos. Caminaba arrastrando los pies, empuñando el plumero, o la escoba, o el cucharón. Despierta, hundía la cabeza entre los hombros. Dormida, hundía la cabeza entre las rodillas. Cuando le hablaban, miraba el suelo, como quien cuenta hormigas. Había trabajado en casas ajenas desde que tenía memoria. Nunca había salido de la ciudad de Lima. Mucho trajinó, de casa en casa, y en ninguna se hallaba. Por fin, encontró un lugar donde fue tratada como si fuera persona. A los pocos días, se fue. Se estaba encariñando.

Desaparecidos

Agosto 30, Día de los Desaparecidos: los muertos sin tumba, las tumbas sin nombre, las mujeres y los hombres que el terror tragó, los bebés que son o han sido botín de guerra. Y también: los bosques nativos, las estrellas en la noche de las ciudades, el aroma de las flores, el sabor de las frutas, las cartas escritas a mano, los viejos cafés donde había tiempo para perder el tiempo, el fútbol de la calle, el derecho a caminar, el derecho a respirar, los empleos seguros, las jubilaciones seguras, las casas sin rejas, las puertas sin cerradura, el sentido comunitario y el sentido común.

El origen del mundo

Hacía pocos años que había terminado la guerra española y la cruz y la espada reinaban sobre las ruinas de la República. Uno de los vencidos, un obrero anarquista, recién salido de la cárcel, buscaba trabajo. En vano revolvía cielo y tierra. No había trabajo para un rojo. Todos le ponían mala cara, se encogían de hombros, le daban la espalda. Con nadie se entendía, nadie lo escuchaba. El vino era el único amigo que le quedaba. Por las noches, ante los platos vacíos, soportaba sin decir nada los reproches de su esposa beata, mujer de misa diaria, mientras el hijo, un niño pequeño, le recitaba el catecismo. Mucho tiempo después, Josep Verdura, el hijo de aquel obrero maldito, me lo contó. Me lo contó en Barcelona, cuando yo llegué al exilio. Me lo contó: él era un niño desesperado, que quería salvar a su padre de la condenación eterna, pero el muy ateo, el muy tozudo, no entendía razones. –Pero papá –preguntó Josep, llorando–. Si Dios no existe, ¿quién hizo el mundo? Y el obrero, cabizbajo, casi en secreto, dijo: –Tonto. Dijo: –Tonto. Al mundo lo hicimos nosotros, los albañiles.